LEYENDA DEL BEISBOL
LEYENDA DEL BEISBOL
En aquella niñez en la que la
provincia se adormecía en las largas horas del día, el niño José Antonio López
García dejaba fluir sus ilusiones y fantasías en los juegos compartidos con los
amigos del barrio. El trompo, el yoyo y las canicas los rescataba de la rutina,
pero siempre quedaba un espacio para jugar al beisbol callejero, cuadro, bat y
pelota improvisados, pero ellos se liberaban de su monotonía imaginado estar en
un juego profesional ante los aficionados del rey de los deportes. Antonio
estudió la educación primaria en la escuela Juan de la Luz Enríquez, es toda su
formación académica con la enfrento el camino de la vida.
Cuando la adolescencia le
acompañaba allá por el año de 1960, leyó una convocatoria en el periódico “La
Afición” convocando nuevos valores para el beisbol profesional. Él y sus amigos,
Rodolfo Domínguez y Carlos Panes, acudieron al llamado. Los aficionados de
Coatepec pronosticaban que el que tenía posibilidades de ser seleccionado era
Rodolfo Domínguez. Pero la realidad fue diferente, sus compañeros de aventuras
fueron eliminados en los primeros dos días, pero Antonio López García se ganó
un contrato para formar parte de la novena de uno de los dos equipos que se
formarían, el “Tigres” y “Los Diablos de México”, Toño López quedó en este
último por una temporada, fue su primer uniforme que tanto anhelaba, igual
Molinero Montes de Oca. Varios llegaron a ser estrellas en la liga mexicana
como: Fernando Remes y Alfonso Ruiz.
Después de esa exitosa
experiencia, regresa a Coatepec, platica con un viejo amigo, Martín Gálvez “El
Caracol”, lo invita a trabajar en la compañía Nestlé sección tres Coatepec,
porque iban a formar un equipo para la liga local de beisbol. Los lideres de
ese entonces, Gaspar Carvajal, Pompeyo Sánchez y Jorge García le abren las
puertas del sindicato y obtiene un empleo en la fábrica. El equipo se forma con
algunos trabajadores del sindicato: Luis Gómez García; Rodolfo Domínguez “Güero
Pitaya”; Hilario García Mavil; Rafael Arredondo Colorado; José García “Meno”
Heladio García, Arón Jácome; Simeón Jácome; Martín Gálvez “Caracol”, Perfecto
Castro y José Antonio López García, entre otros elementos.
Posteriormente habla con él el licenciado Luis Manuel
Granillo y lo invita a ser parte del equipo “Transportes Xalapa”, de momento no
acepta, pero el licenciado insiste y lo convence, se trataba de una liga semi
profesional. Pasaron dos juegos sin que lo alinearan, puesto que no lo conocían
y desconfiaban de su capacidad deportiva, el licenciado Granillo abogó por él y
habló con Ricardo Suárez, de nacionalidad cubana y manager del equipo. Su
primer juego lo ganó once a cero contra la secundaria “Antonio María Ribera”.
Terminó la temporada ganando ocho juegos y perdiendo solo dos. Le ganó al
equipo “San Bruno” de la octava a la quinceava entrada, vitoreado por propios y
extraños.
Al conocer las virtudes deportivas de este atleta de
físico esculpido y bien definido, Gustavo “El Chato Bello” lo invita a probar
suerte en la liga del centro del país. Lo manda a un equipo del bajío, “Los
tuzos de Guanajuato” Antonio López y Antonio Tejeda de Rinconada, Veracruz,
firman un contrato en el que reciben todo tipo de viáticos y la suma de dos mil
pesos mensuales, el beisbol profesional lo empiezan a cortejar tendiéndole un
camino. Lamentablemente solo juega media temporada, pues la adversidad del
destino lo priva de la gloria deportiva profesional al lesionarse del hombro
izquierdo y regresa a su tierra natal.
Los años transcurrieron y José Antonio fue parte vital de
varios equipos de la región, caracterizándose como un verdadero deportista de
toda la vida. En la edad senil, lejos de abandonar sus aventuras deportivas y
ya portando su tarjeta INAPAM, participa en una eliminatoria quedando en
segundo lugar con “Chipotles”. En un nacional en el que fueron eliminados en
año 2001, pero en 2003 quedan campeones al vencer al equipo “Navolato Sinaloa”.
Mucho lo bautizaron como la gacela negra, por su fuerte y
oscuro físico, pero más aún por su velocidad de piernas; la demostró por largos
años en el beisbol corriendo de base en base y, por supuesto en el atletismo,
ya que fue un excelente corredor del relevo de ochocientos metros planos
participando en equipos de relevos, siempre demostrando el coraje y la
determinación de dar lo mejor de sí mismo en cada una de sus actuaciones.
José Antonio López García, nació en el lejano año de 1941
del siglo XX, en Coatepec, Veracruz; el nostálgico barrio de Allende le dio la
bienvenida a la vida. Sus padres señor Ezequiel López Robles y la señora
Cristina García. En el año de 1966 se casó con la señorita Reyna Camacho con la
que procreo a su hijo Rafael. Antonio López García, aparte de ser un excelente
deportista, también es un ser humano de buenos sentimientos y adoptó como hija
a su sobrina Lesley Hernández García, a ambos ama profundamente.
A sus 82 años de edad, todavía se le ve trotar en la
Unidad deportiva Roberto Amorós Guiot, siempre es un ejemplo a seguir por las
nuevas generaciones, ha participado en muchas competencias atléticas en
diversos puntos del estado y del país como una que se llevó a cabo en Toluca en
los años noventa y recientemente en la del Golfo de Boca de río, Veracruz. Es
un deportista y un incansable guerrero de la vida. La gacela negra aún tiene
fuerza e ilusión para despertarse por las mañanas y salir corriendo hacia el
horizonte en busca de nuevos sueños y alegrías; pues la vida aún lo sigue
llamando. Felicidades.
faelrojascolorado@yahoo.com.mx