Pedro Peñaloza

Los humores autoritarios

Comparte

 

Pedro Peñaloza

 

“Todo hombre es la semilla de un déspota; no bien le cae un átomo de poder, ya le parece que tiene al lado el águila de Júpiter, y que es suya la totalidad de los orbes”.

– José Martí

 

 

  1. La mano alzada como método. El ciudadano presidente ha descubierto un procedimiento para sustituir las engorrosas urnas. Es primario el hallazgo de AMLO: concurre a un mitin donde están reunidos los beneficiarios de sus programas asistencialistas, un gobernador listo para ser vituperado y él como estrella incomparable. Cualquier proyecto polémico que este en ciernes o avanzado, basta que el tabasqueño pregunte con su grito tipludo: “quienes están a favor o no para definir su futuro”. ¡Y zas! El pueblo siempre tiene la razón. No importa cuántos sean los levanta dedos, ni quienes sean, lo rescatable para la lógica de AMLO es que la gritería se condense y triunfe. El caso más reciente es patético. El proyecto del Metrobús para la región de Gómez Palacio, Durango fue cancelado, no obstante, la inversión canalizada y la solidez del proyecto. El atropello encubierto por la “democracia directa” de clientelas mediatizadas por la compensación monetaria dejó sin transporte a una franja importante de la población y la enfrentó con la disyuntiva de dotar de agua a esta franja poblacional.
  2. Un presidente oscilante. AMLO, nos ha acostumbrado a una sistemática práctica de bandazos verbales y prácticos. Puede, sin rubor alguno, plantear una excitativa desde su púlpito matutino y, posteriormente, contradecirse. Los ejemplos más recientes son los siguientes: el primero es la convocatoria de unir a todos los mexicanos, independientemente de su filiación a la lucha contra las amenazas de Trump; una vez concluido el evento unitario en Tijuana, el ex jefe de gobierno volvió a calificar cualquier postura distinta a la suya, como hipócrita, neoliberal y conservadora; el segundo ejemplo, es el referente a la reunión del pasado 13 de junio con un grupo de empresarios, donde estos se comprometieron a invertir 32 mil millones de dólares, por su parte, AMLO les prometió apertura y garantías para la inversión privada en proyectos estatales. Sin embargo, la mutación tardó unas cuantas horas, puesto, que, “sin decir agua va”, en voz del presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, el gobierno canceló las rondas para buscar socios en exploración y producción con Pemex. Paradójicamente estos fueron abolidos el mismo 13 de junio, día de los arrumacos y apapachos con la cúpula empresarial.

Epílogo. Así, el presente y futuro del país está condicionado al “dialéctico” y cambiante humor del inquilino de Palacio Nacional. El autoritarismo va. ¿Alguien lo duda?

pedropeanloza@yahoo.com        @pedro_penaloz

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *