Los Indígenas de Coatepec y el Camino Real En la Nueva España
Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros
Cronista de la ciudad de Coatepec
(Primera parte)
Hacia el siglo XVI en la Nueva España, fue de vital importancia el desarrollo de una vasta red de vías de comunicación, que facilitaran el desplazamiento de materias primas, productos y viajeros. Aparte de promover la interconexión entre las poblaciones, centros de producción y distribución de productos de primera necesidad entre los sectores indígenas, españoles y mestizos.
Diversas vías de comunicación que se conformaron durante el periodo colonial, se corresponden con las antiguas rutas comerciales establecidas por las sociedades prehispánicas. De tal forma que se le dio continuidad a los caminos que unían a las antiguas poblaciones indígenas, dentro de una configuración político-económica.
Una de las principales vías lo fue el denominado Camino Real que conectaba al puerto de Veracruz con la capital de la Nueva España, camino que facilitó la movilización de toda una serie de materias primas que se exportaron a la metrópoli o llegaban a la Nueva España, a la par de beneficiar el tránsito entre una serie de puntos relevantes en importante ruta.
Dichos caminos necesitaban de una serie de mejoras y mantenimientos, por tanto se requería de mano de obra para su atención, la cual se integró en diversos momentos por la población indígena. Oportunidad que les permitía allegarse los suficientes recursos monetarios en el cumplimiento del pago de los tributos reales por ser súbditos de la Corona Española.
Un ejemplo de participación de los indígenas coatepecanos en las construcciones y mantenimientos del camino real, lo encontramos registrados en una serie de expedientes coloniales que actualmente se encuentran a buen resguardo en el Archivo General de la Nación. En específico se trata de dos expedientes, ambos signados en el mes de septiembre
de 1757, en el primero se especifica que los naturales de Coatepec, acudieron a la composición del Camino Real para facilitar la conducción de los efectos de la flota que se encontraba en el Puerto de Veracruz. Al mismo tiempo que se informaba sobre una serie de arbitrariedades sobre el trato a la población indígena, en lo referente al abuso en las cantidades asignadas en la molienda del nixtamal y elaboración de las comidas por parte de las indígenas, lo cual no se ajustaba a lo acordado inicialmente en el pago de un real por jornada de trabajo. A la par de diversos maltratos tanto de palabra como físicos, y en algunos casos el encarcelamiento de sus maridos por cualquier falta por mínima que fuera.
Por si no fueran suficientes los abusos, también decidieron quienes se encontraban a cargo de los trabajos en el Camino Real, el limitar la comida a los trabajadores indígenas, reduciendo la ración de “bizcocho de maíz” a dos pequeñas jícaras, cantidad insuficiente en su alimentación diaria requerida. Situación que obligó a los indígenas, el tener que llevar sus propios alimentos, lo cual se tomó como pretexto por las autoridades para suspender las raciones de alimentos que estaban obligados a proporcionar a los trabajadores.
Continuará…