La Otra Versión

Los mejores cuentos mexicanos (1952-1963)

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   Por  René Sánchez García

 

Durante los primeros quince días de éste confinamiento viral que aún no termina, no me quedó más remedio que guardarme en casa, conservar la sana distancia, lavarme las manos a cada momento y ponerme a leer todo aquello que no había tenido la oportunidad de abrir sus páginas. Para mi buena suerte encontré un maravilloso libro editado por Alfaguara en el año 2004 y que llegó a México tres años después. Se trata de una muy buena selección de lo que Sealtiel Alatriste considera que son los mejores cuentos escritos entre los años de 1952 a 1963 en México.

Y siento que no estaba nada equivocado, pues los siete cuentos cortos elegidos para su libro Cuentos mexicanos, Antología, pertenecen a autores nuestros que han dado a la escritura nacional un lugar de excelencia en la literatura hispanoamericana y universal actual. No tenemos nada que añadir a la obra escrita de Juan José Arreola, Juan Rulfo, José Revueltas, Rosario Castellanos, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco. Los mejores críticos y reseñistas de estos siete autores han coincidido en que están a la altura de lo que escribieron en su momento Balzac, Tolstoi, Shakespeare, Rubén Darío, Alejo Carpentier y el mismísimo Borges, cada uno en su momento histórico y en las circunstancias sociales y políticas que les tocó vivir.

Quien no recuerda “El guardagujas” (1952) de Arreola, donde se describe el paso arrollador del tiempo y la burocracia que nos consume en todo momento. En “¡Diles que no me maten!” (1953) de Rulfo, donde describe la angustia que se siente entre el sentido de la vida y la muerte en una época de revolución incierta. Lo que nos ofrece la lectura de “Lo que uno escucha” (1971) de Revueltas, en la que el efecto mágico de la música y las ilusiones es lo que sostiene al espíritu humano hasta el último momento de la existencia. La visión indígena en “La suerte de Teodoro Méndez Acubal” (1960) de Rosario Castellanos, que no es otra cosa que la marginación chiapaneca todavía latente, pese a las supuestas acciones gubernamentales emprendidas para “incorporarlos” a la fructífera vida nacional.

Seguimos con el cuento fantástico “Chac Mool” (1954) de Carlos Fuentes, que es toda una advertencia para que comprendamos qué nos espera si negamos nuestra historia prehispánica en los actuales tiempos de capitalismo. Luego con Pitol y su ya conocido y clásico cuento “Amelia Otero” (1957) donde se narra la crisis y el debacle de una familia, la pérdida de la manera de ser que nos formó y el olvido a la que estamos todos propensos. Y finalmente “Tarde de agosto” (1963) de José Emilio Pacheco, donde narra las pasiones, miedos, angustias, sinsabores e ilusiones que provoca el primer amor de un niño de secundaria que convive a diario en la casa de su prima.

Sealtiel Alatriste recomienda la lectura de su libro Cuentos mexicanos, Antología, recordando palabras que guarda de su maestro Sergio Fernández: “el lector se encontrará con esto, pero también con sus propios sueños, con su mundo, con sus ilusiones puestas, de alguna manera, en el mágico lenguaje de estos prodigiosos escritores mexicanos”.

sagare32@outlook.com

 

 

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