Crónica Coatepecana

Los silbatos zoomorfos del sitio Campo Viejo, en Coatepec, Ver.

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Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

Cronista de la ciudad de Coatepec

La producción alfarera entre las sociedades indígenas del periodo Clásico (300 – 900 d. C.), se caracteriza por una amplia producción de vasijas y figuras de barro, manufacturadas con base en una extensa gama de técnicas, formas, ornamentos y motivos tanto naturalistas como abstractos.

Destacan en el amplio repertorio de los materiales culturales prehispánicos, unas piezas que han sido identificadas como “silbatos”, entre los que sobresalen las representaciones antropomorfas (humanos) y zoomorfas (animales). Rasgo que resulta muy significativo, en razón de que ambos tipos de representaciones tienen que ver con la expresión verbal en el caso de los seres humanos, y la emisión de sonidos diversos en el caso de los animales. Por tanto no podemos dejar pasar por alto, la serie de concepciones en torno al sonido, las cuales dan sustento simbólico a las representaciones de figuras humanas y animales en su acepción de silbatos.

A través de los estudios iconográficos tanto de esculturas, pintura mural y códices, podemos adentrarnos en las diferentes representaciones del glifo que indica la variabilidad de expresiones articuladas por los seres humanos. De tal forma que la vírgula de la palabra en color azul, será referente de un dialogo refinado, el cual se ubica al mismo nivel de la vírgula combinada con flores para indicar la expresión florida del canto y la poesía. A diferencia de una vírgula llena de puntos para referir una expresión áspera o burda.

Los múltiples significados desarrollados por las sociedades indígenas, en torno a las voces emitidas por los seres de la naturaleza, son interpretados con base en la necesidad de comunicación y reconocimiento a las entidades creadoras, quienes dotaron a los seres referidos en los mitos de creación, del medio por el cual establecerían comunicación con los dioses, específicamente a través del repertorio de expresiones simbólicas que distinguen a las plegarias y los cantos referidos en el ritual. En otro sentido las mismas frases emitidas por los seres, son referentes del nivel alcanzado en cuanto al conocimiento adquirido, así como la destreza para poder transmitirlo y establecer un dialogo con los demás integrantes del grupo. También podemos inferir que la habilidad de la expresión oral, debió de ser referente de vitalidad entre los seres, sólo así podríamos explicarnos la importancia de los silbatos en contextos funerarios.

Algunos fragmentos de ejemplares de “silbatos” prehispánicos, han sido hallados en el sitio conocido como “Campo Viejo”, ubicado al oriente de la ciudad de Coatepec. Los primeros fragmentos fueron reportados en los trabajos de investigación coordinados por la Dra. Gladys Casimir Morales, académica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana. Posteriormente han sido obtenidos otros fragmentos, en estudios que se han llevado a cabo en la zona.

Entre los hallazgos fortuitos que se han realizado en el sitio “Campo Viejo”, un servidor tuvo la oportunidad de admirar un silbato completo en forma de codorniz, y según informes del campesino, tenía los ojos formados por dos pequeñas piedras de color verde, pero como usó un alambre para quitarle la tierra, se le desprendieron. Actualmente se conserva en un acervo de la localidad, un interesante sello que representa la vírgula de la palabra. Pieza que era utilizada probablemente para dejar su impronta sobre textiles, papel de fibras, o en la decoración corporal a utilizar en los rituales.

 

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