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Los viejos

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Pedro Peñaloza

“Todos deseamos llegar a viejos; y todos negamos que hemos llegado”

Francisco De Quevedo

  1. Conmemorar y reproducir simbolismos. ¿De qué ha servido, en términos concretos y prácticos, que desde 1982 se conmemore cada 28 de agosto el Día Nacional del Adulto Mayor? La pregunta es pertinente si nos atenemos a que actualmente en México existen alrededor de 12 millones de personas de 60 años y más, consideradas adultos mayores y para atender sus necesidades el país cuenta sólo con 550 especialistas en geriatría. Esa es una de las contradicciones que nos acompañan en nuestros permanentes jolgorios meramente simbólicos. Los datos disponibles y abundantes nos dicen que vivimos en medio de paradojas. En principio el envejecimiento poblacional es uno de los más grandes logros de la humanidad, ya que en 1930 la esperanza de vida en nuestro país era de 34 años; en 1970, de 61; y para 2015 la cifra era de 75 años. Sin embargo, este proceso va cargado de múltiples necesidades físicas, emocionales y sociales específicas de las personas llamadas “adultos mayores”, que son imprescindibles para empezar a hablar en serio de calidad de vida y no sólo de años acumulados.
  2. .Políticas públicas ¿para qué?La ideología capitalista ha producido segmentos de médicos interesados en ocupar un estatus económico privilegiado y desarrollar su actividad profesional en el confort, por lo cual han optado por dirigir sus especializaciones evadiendo el tema integral de la vejez, que será prioritario en el futuro. Por supuesto, no es un asunto de simples decisiones individuales de médicos sedientos de riquezas, lejos de ello, tenemos que colocar el problema en una meseta multicausal y multidisciplinaria, con lo cual debemos ubicar el fenómeno del déficit de especialistas en geriatría. Se trata de la concepción dominante, impulsada por el modelo económico en donde los sistemas pensionarios se convierten en limosnas institucionales que no ayudan a tener una vejez en condiciones razonables; asimismo, se localiza la poderosa influencia de las empresas farmacéuticas que obtienen multimillonarias ganancias con la venta de simples placebos para enfermedades que no se previnieron y que son producto de muchos factores asociados a la pobreza, a los bajos salarios, a la vida sedentaria y a la ausencia del Estado para proporcionar espacios y condiciones alternas para vivir de una manera plena e integral.

Epílogo. EL futuro ya llegó. La curva demográfica nos indica que tenemos un bono demográfico que se agotará paulatinamente en los próximos 30 años. Con las condiciones actuales se avecina un país de pobres, viejos y enfermos. Al menos, que los gobernantes tuvieran visión de estadistas, lo cual dudamos.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

 

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