MANEJO DE EMOCIONES
MANEJO DE EMOCIONES
UNO MENOS
Por Salvador Farfán Infante
El
tema de las emociones es muy importante y extenso, en las próximas semanas las
abordaremos para seguir reconociéndolas y comprendiendo la regulación de
las mismas.
Como
primer paso se necesita identificar cuáles son las emociones, en qué consisten
y cómo se manifiestan. A esto se le llama “Reconocimiento de Emociones”
Se
trata de identificar la emoción, interpretar lo que se está sintiendo y darle
un nombre, así como de ubicar qué la está provocando. No existe una jerarquía,
pero si diversas clasificaciones. Como todas son importantes mencionaremos las
más comunes y frecuentes en los adolescentes.
¿Cuáles
son esas emociones y en qué consiste cada una de ellas?
ALEGRÍA
Se
produce cuando nos ocurren cosas agradables, alcanzamos alguna meta que nos
habíamos propuesto o experimentamos sensaciones de éxito.
Se
presenta en situaciones que nos confirman nuestra propia valía. Por ejemplo,
cuando nos elogian por nuestra forma de ser o nos sentimos queridos por alguien
que para nosotros es importante.
La
alegría es esa sensación positiva que se produce ante la satisfacción y el
triunfo, y hace que la vida nos resulte más confortante. Nos ayuda a
relacionarnos mejor con las personas de nuestro alrededor. La persona que
siente alegría y sonríe a la vida va estableciendo uniones que la hacen más
feliz.
SORPRESA
Al
presentarse situaciones inesperadas, surge la sorpresa. Es una emoción que se
caracteriza fundamentalmente porque es breve, sólo es específico; por ejemplo en
acontecimientos repentinos como un encuentro con alguien que hacía tiempo no
veíamos, un trueno, un regalo, etcétera.
La
sorpresa es también lo que conocemos como “sobresalto”, su estancia es breve y
se transforma en otra emoción; de la sorpresa se puede pasar a la alegría, al
miedo, al enojo, etcétera.
Su
función principal es prepararnos para afrontar acontecimientos repentinos, así
como sus consecuencias.
Al
experimentar una sorpresa dejamos lo que estábamos haciendo o pensando para
ocuparnos de lo que acaba de suceder, de tal forma que nos prepara para poner toda
nuestra atención en el nuevo acontecimiento.
MIEDO
Aparece
cuando se percibe una situación o un estímulo de forma amenazante; es una
emoción que se activa cuando sentimos daño o peligro. En ocasiones se puede
confundir o asociar con la ansiedad y la desesperación.
El
dolor físico, por ejemplo, ante accidentes que provoquen una herida, quemadura
o enfermedad, y el dolor psicológico ante situaciones que vulneren nuestra
autoestima o pongan en riesgo la pérdida de una amistad, un ser querido o un
bien material.
El
miedo ocasiona nerviosismo, esa tensión nos permite protegernos o desarrollar una
acción para evitar el peligro, como huir. Este peligro, a su vez, también nos
ayuda a afrontar las dificultades de origen.
Muchas
gracias y nos vemos la semana que viene, con más definiciones para que
reconozcan sus emociones, que tengan una excelente semana.