Maximiliana, ejemplo digno de imitar (Parte II)
Maximiliana, ejemplo digno de imitar (Parte II)
Por René Sánchez García.
“En ese momento de dificultad apareció ese
poder que los estudiosos llaman “el eterno absurdo: la mano de Dios. Pues de la
nada, una profesora de la preparatoria me llamó y dijo “conozco tus planes, ven
a mi casa, te ofrezco casa, comida, trabajo y tiempo para que termines la
carrera. Era mi profesora Helianeth González y su esposo Antonio Moya, ellos me
vieron llorar, desvelarme y afrontar las múltiples complicaciones propias del
destino que me labraba en la Universidad donde solamente obtuve una beca de
alimentos”.
“Sin embargo hoy, una vida después de haber
salido de mi casa he terminado la carrera como arquitecta y mis padres viajaron
a recibir mis papeles; más que nunca ellos creen en mí y en la posibilidad de
que un ser minúsculo, cualquiera que sea siempre que trabaje duro puede cambiar
las dinámicas y la propia historia de su vida y su gente. Hoy mi padre grita en
el pueblo y el campo, ese que me demandaba como mujer sumisa que hombres y
mujeres por igual pueden lograr lo que desean. Y eso me llena de orgullo”.
“Ahora trabajo como profesionista en un
despacho en tanto identifico una maestría a estudiar en Chiapas o en el
extranjero, además apoyaré a mis hermanas que antes lo hicieron conmigo y ahora
estudian la preparatoria en Tuxtla, claro también les enseñaré mi método para
lograr las cosas”. (Fin)
La verdad me pareció adecuado e importante
transcribir éste episodio de vida de Maximiliana, sobretodo, no por el hecho
que sea un caso único e irrepetible entre los estudiantes indígenas de México,
sino porque éste ejemplo debe ser tomado en cuenta por todos aquellos
estudiantes que en este momento se viven lamentándose (por el caso de la
pandemia) que les resulta difícil interactuar a través de los nuevos medios
electrónicos de comunicación para cumplir así con sus deberes estudiantiles de
aprender los distintos contenidos de las asignaturas, sin valorar en muchos de
los casos los sacrificios que realizan los padres de familia, los maestros y
maestras y las autoridades educativas. Ojalá que la lectura de este artículo
tenga sus beneficios positivos.