MEDALLAS QUE DAN BRILLO
MEDALLAS QUE DAN BRILLO
Héctor Larios Proa
Horas previas a iniciar la
final panamericana de futbol femenil entre Chile y México, en el mundialista
estadio de Sausalito, en Viña del Mar. Es tiempo de reflexión, es un buen termómetro
para medir el futbol femenil mexicano, desde su participación en Winnipeg,
Canadá en 1999, donde el tricolor obtuvo la medalla de plata, al caer con
Estados Unidos por la mínima diferencia, hasta el día de hoy donde México es
favorito para llevarse el oro.
Sí, bien son torneos
diferentes. Por ejemplo, en aquella edición solo participaron 5 equipos, fue un
campeonato con límite de edad de 21 años, única ocasión en Juegos Panamericanos
con restricción de edad.
Hoy es categoría libre, Estados
Unidos no llevó al equipo mayor, envió a jovencitas con futuro que no supieron
resolver a el planteamiento defensivo de la escuadra roja y tuvieron que
conformarse con el bronce, esta mañana.
Han pasado 24 años, en aquella
ocasión no se contaba con un representativo de esa edad, tuvieron que hacerse visorias,
y un proceso de preparación limitado por el tiempo, sufrieron la falta de apoyo
desde uniforme hasta canchas. Unas desafortunadas declaraciones de un directivo
discriminando la selección femenil visibilizaron las carencias con las que se
han lidiado por muchos años.
Los directivos tuvieron que
atenderlas, más por presión de los medios que por convicción y un grupo de
jovencitas aztecas se llevaron la plata en dicha competición.
Ese triunfo empoderó al entrenador,
Leonardo Cuellár, para proponer un programa de desarrollo. Inició su gestión desde
una puerta giratoria por un lado se abría y por el otro se cerraban los
espacios.
Por primera vez en México se
tenía la intención de impulsar un programa que creía en las jóvenes mexicanas. La
falta de voluntad política y la necesidad de cumplir en competencias
internacionales, mantenía vivo un proyecto sin presupuesto, nadie les prestaba
atención.
En las canchas futbolistas talentosas,
carecían de una estructura deportiva en la sacrosanta Femexfut. Ellas representaban
un gasto y no una inversión.
Tocando puertas encontraron la
existencia de presupuesto federal para la disciplina. Así a grandes rasgos, con
una selección medallista de plata panamericana y un grupo de jugadoras de mayor
edad mantuvieron la luz encendida, se prepararon aquí, allá, buscando canchas,
partidos en pueblos universidades para formar un equipo para la alta competencia.
Con su esfuerzo mantuvieron en pie la selección por talento.
Muchas cosas sucedieron en el
proceso, durante los primeros años del 2000 se gestionaban partidos de
preparación con universidades y clubes de EUA. Algunas chicas se quedaron en el
proceso, por falta de apoyo, calidad o disciplina.
En 2001 se presentó el
proyecto de selecciones menores, inició la sub 17, le siguió sub 15 y se llegó
a tener hasta la sub 12. México fue el primero en contar con selecciones
menores, incluso antes que EUA y Canadá.
Fueron generaciones de talentosas
que se buscaban en todo el país. Se acudía en torneos, regionales, nacionales y
promocionales como la Coca Cola, Copa Bimbo, en canchas de tierra en horarios pésimos.
Iban en camión, sin viáticos, con más
ilusión que presupuesto.
Se presentaron proyectos al sector
Aficionado, así se llamaba entonces, para desarrollar las Ligas, mejorar instalaciones,
torneos, capacitar entrenadores y árbitros. Fueron inútiles los esfuerzos, los directivos
en turno se aferraban a su presupuestos federativos y cotos de poder que los
mantuvieron por decenas de años. Omisos al desarrollo deportivo y mejorar las
condiciones.
Al igual que entonces
entrenadores sin calidad manejan a los pocos equipos infantiles y juveniles,
dejando un vacío en la fase sensible para el desarrollo de un deportista, en
este caso el futbol base. Por la deficiente estructura deportiva del futbol
amateur mexicano.
Las selecciones mexicanas de
diversas categorías participaron desde entonces en Centroamericanos, Panamericanos,
Olímpicos, eliminatorias mundialistas y Copas del Mundo. Tienen acceso al Centro
de Alto Rendimiento de la FMF.
Sin embargo, a curva de
aprendizaje ha sido muy lenta. Más de veinte años donde se han perdido experiencias
valiosas, talentos, y continuidad en los proyectos.
Ahora hay una liga profesional
que les ha abierto las puertas a los cientos de futbolistas, donde pueden
entrenar en canchas decentes y cuentan con lo necesario para desarrollarse.
Antes se peleaba por el
derecho a practicar el futbol, hoy se lucha porque puedan vivir de él. Otra
medalla es necesaria para darle fuerza al futbol femenil. ¡Vamos por el oro
México!
La asignatura pendiente sigue
siendo el futbol infantil y juvenil en México.