MIGUEL HIDALGO
MIGUEL HIDALGO
Por Rafael
Rojas Colorado
A
principios del nuevo milenio, salió una colección de libros que describían las
actuaciones de los héroes de la independencia y de todos aquellos que formaron
parte de este movimiento armado, se vendía en los puestos de periódicos y
revistas, hoy abrimos las páginas del que lleva el título “Miguel Hidalgo”.
En
el año de 1765, Miguel Hidalgo y su hermano José Joaquín, ingresaron al colegio
Francisco Xavier. En esas aulas recibió el espíritu de los jesuitas, ideas
revolucionarias que iban en contra de los intereses del gobierno español.
Hidalgo fue un estudiante muy provechoso, en poco tiempo se convirtió en una
lumbrera intelectual, a los veinte años daba cátedra de filosofía, teología,
latín, además compartía conocimientos de teatro entre
otras disciplinas. Con indignación observaba el despotismo y las injusticias que imponían los españoles en la nueva España, le lastimaba el sufrimiento y la impotencia que vivía su pueblo.
Toma
una firme decisión y el 16 de septiembre de 1810 repica las campanas de
Dolores, la libertad del espíritu estaba en su voz y en su corazón, “Viva la
virgen de Guadalupe”, “Viva la independencia”. Su fuerza espiritual fue tan
fuerte que convenció a Ignacio Allende y Aldama a seguirle, la muchedumbre le
lanzó vivas y le mostraron la solidaridad, allí se abrió el embrión que
conduciría a la libertad de la patria amada. Más tarde adoptó como estandarte
de batalla la imagen de la virgen de Guadalupe. El virrey Venegas le lanza una
advertencia diciéndole que representa al rey en la nueva España, la guerra
comienza.
Al
cura Hidalgo lo eligen generalísimo y la ciudad de Valladolid, ante su
presencia, se rinde sin que se dispare una sola bala, poco a poco va ganando
respeto. Entre la población de Charo e Indaparapeo lo alcanza el joven José
María Morelos y Pavón, Hidalgo le trasmite el mensaje de la libertad, una
estafeta que en poco tiempo Morelos tomará para luchar al frente de su tropa.
El
30 de octubre con un ejército de 80.000 hombres se enfrenta a las tropas de rey
en el Monte de las Cruces, los insurgentes vencieron, pero, inexplicablemente,
renunciaron a entrar a la ciudad de México. Después de muchas peripecias llega
a la ciudad de Guadalajara, allí lo reciben con repiques de campanas y cuetes,
el amo Torres, ante el cabildo de la Universidad, lo nombra Alteza Serenísima,
Hidalgo prueba la miel del poder, muy poco le durará el gusto, pues en el
puente de Calderón experimenta la amargura de la derrota. Posteriormente, fue
traicionado y hecho prisionero junto con Allende, Aldama, Jiménez y Abasolo.
Amigo
lector, en estas páginas, advertirá la injusticia y la humillación que sufre
nuestro héroe cuando lo degradan del sacramento del sacerdocio, cuando maldicen
su cuerpo y espíritu, para luego ser fusilado cobardemente, las balas acabaron
con su vida, pero no con su ideal, y en toda la nación se escuchó, “Viva el
padre de la libertad”.
La
edición de esta colección de libros que no debe de faltar en su hogar, estuvo
supervisada por el historiador José Manuel Villalpando.
“Un libro le señalará
el camino hacia la sabiduría”.