La Otra Versión

Monterroso, el escritor de la brevedad irónica

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                                                                                                               René Sánchez García

Nació el 21 de diciembre del año de 1921 en Tegucigalpa, capital de la república de Honduras. Hijo de Vicente Monterroso (guatemalteco) y de Amelia Bonilla (Hondureña), pasó su infancia y unos años de la adolescencia en éste lugar, hasta que en 1936 se trasladó a Guatemala junto con toda su familia. Se comenta que a los once años abandonó la escuela primaria y se convirtió en un lector y escritor autodidacta. En el año de 1944 desempeñó un papel activo en contra del dictador guatemalteco Jorge Ubico, por lo que fue encarcelado. Logró escapar y se refugió en la embajada de México en aquel país, donde empezó a trabajar dentro del consulado, durante el gobierno de Jacobo Arbenz. Una vez derrocado Arbenz, Monterroso se exilió en Chile y trabajó como secretario particular del poeta y escritor Pablo Neruda.

Llegó a México en 1956 y aquí permaneció hasta su muerte en el 2003. Trabajó en el departamento de difusión de la UNAM, así como traductor y corrector en el Fondo de Cultura Económica. Toda su vida fue un apasionado lector, leyó casi la totalidad de los clásicos griegos y romanos. Igual a todos los escritores de fábulas como: Esopo, La Fontaine, Fedro, Samaniego y otros. Sus críticos mencionan que su obra escrita (que no llega a 1000 páginas) se encuentra influenciada por Cervantes, Kafka, Cortázar y Borges; de allí su humorismo, su ironía, su reduccionismo, su brevedad, su sátira, su obviedad, su concentración, su concisión: poligrafías y aforísticas que dejó ver en toda su obra escrita. Escribir cuentos breves fue su pasión, mismos que son consideradas como fábulas, porque “son narraciones cortas que explican alguna verdad, moraleja o principio a través de una historia. Los personajes son animales o cosas inanimadas que presentan características humanas”.

En el mundo entero es conocido por su escrito famoso: “Cuando despertó el dinosauro estaba allí”, considerado como el micro relato más breve de la literatura universal. Entre sus obras más conocidas están: El concierto y el eclipse (1947), Uno de cada tres y el centenario (1952), Obras completas y otros cuentos (1959), La oveja negra y demás fábulas (1969), Movimiento perpetuo (1972), Lo demás es silencio (1978), Viaje al centro de la fábula (1981), La palabra mágica (1983), Las ilusiones perdidas (1985), La letra e (1987), La vaca (1998), etc. Su narrativa ha sido traducida al inglés, alemán y polaco, y obtuvo muchos premios: Nacional de Cuento (Guatemala, 1952), Xavier Villaurrutia (1975), Miguel Ángel Asturias (Guatemala, 1997), Príncipe de Asturias (2000), Juan Rulfo (2000), entre otros.

Augusto Monterroso tiene una particularidad que caracteriza sus cuentos. Son escritos con una sencillez aparente pero con un trasfondo profundo. Monterroso utiliza estos cuentos por lo general cortos y simples, para tratar temas sociales y políticos que muchas veces son tomados a manera de burla. Estos cuentos no solo se convierten en algo divertido sino también en un medio para mostrar al mundo la situación que se presenta en los distintos ámbitos de la sociedad, por ejemplo, la corrupción, la desigualdad, la injusticia, etc. El escritor mexicano Luis Gastélum expresa: “Monterroso no cejó, aunque sin decirlo, en seguir siendo un maestro de la brevedad y siempre insistió en que la vida es corta y el arte largo”. Los invito desde este espacio a leer las obras de este escritor, quien le agradaba ser llamado “Tito”.

sagare32@outlook.com

 

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