Ars Scribendi

NEGRITOS DE SAN MIGUEL

Comparte

Rafael Rojas Colorado

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx-

 

1ª. Parte de dos.

En aquellos años en los que la capilla de San Miguel Arcángel, aún era sumamente humilde, la alegría, el entusiasmo y la fe, día a día, se iban acrecentando. Esto dio origen a que algunas personas inspiradas en aquellos grupos que le danzaban a San Jerónimo el día de su fiesta, formaran una cuadrilla de danza para mostrar, a través de bailables folclóricos, el júbilo hacia el arcángel Miguel, patrono del barrio Ignacio Manuel Altamirano, conocido popularmente como paso ancho.

Los entusiastas pioneros que estaban dispuestos a danzar frente a la humilde capillita de san Miguel Arcángel, buscaron ayuda en una persona de nombre Fernando que vivía en las montañas, a dos horas del pueblo, el los aleccionó lo suficiente; no obstante, también fueron a buscar asesoría al pueblo de Xico. La experiencia que les iban trasmitiendo les costaba veinte pesos por ensayo. Después de un tiempo razonable quedó conformada la anhelada cuadrilla que fue bendecida por el sacerdote Bernardo Villarreal, todo fue alegría y su sueño esta convertido en una realidad. La cuadrilla de danza la integraba como capitán don Abelardo Rodríguez Hernández (+), los demás integrantes lo fueron su hermano Mateo Rodríguez Hernández, Manuel Chávez (+), Amador López, Francisco Huayo (+), Asunción Hernández, Gelasio entre muchos más cuyos nombres están adormecidos en él tiempo.

Ellos son algunos de los que empezaron a esparcir el folclor en el barrio de Ignacio Manuel Altamirano, luciendo vistosos trajes, pantalón y camisas holgadas de colores y una banda de tela, la cual llevaban cruzada de hombro a costado. Usaban penachos y en la cabeza se colocaban cuatro espejos como si fueran puntos cardinales, emitían reflejos al momento de girar. Un danzante que llamaban “el negro” iba separado del grupo, y otro más portaba en las manos una garrocha de madera de dos metros aproximados, la forraban de cintas de colores, este danzante se detenía a intervalos y la cuadrilla danzaba alrededor del él formando un círculo y seguían avanzado. También usaban coronas, faldas, máscaras y se acompañaban de música. Una diferente expresión de alabanza y rendir tributo a san Miguel Arcángel. Cuando bailaban inmediatamente llamaban la atención de la gente que acudía a visitar al patrono y, a la vez disfrutar la kermés que denotaba una vida rural y apacible en la que él tiempo parecía no tener prisa.

El paso del tiempo no se detiene y nuevos voluntarios iban relevando a las viejas generaciones, mismas que supieron trasmitir espiritualmente el legado de la afición por la danza. La fe de los naturales del barrio de paso ancho, desde pequeños, le fue naciendo la inquietud y el anhelo de formar parte de la cuadrilla de danzantes. Fue así que por aquellos años varias niñas y jovencitas se integraron a la cuadrilla de danzantes con sumo entusiasmo y alegría, se evoca a: Maribel Muñoz García, Luz María Aguilar, Luz María Rodríguez (+), María de Jesús Aguilar y entre otras José Alberto y Roberto Rodríguez.

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *