No al autoritarismo
No al autoritarismo
Pedro
Peñaloza
“La peor decisión es la indecisión”
Benjamin Franklin
Los procesos históricos de alto calado representan
oportunidades para reconfigurar el poder, posicionar a las formaciones
políticas y definir la influencia de las clases y estamentos sociales. El
domingo 6 de junio se vivirá uno de esos momentos históricos que, en el ámbito
electoral, podrá presentar una nueva correlación de fuerzas en el escenario
político/económico. No es para menos, estarán alrededor de 20 mil cargos en
disputa y la continuidad de un proyecto.
Desde el inicio de la actual administración, AMLO
mostró su animadversión y hasta desprecio por quienes hablaban y escribían
cuestionando algunas de sus propuestas e iniciativas legislativas,
justificándose como el único representante del pueblo frente a los
neoliberales. Aunque había advertido que no era una persona de venganzas, el
periodo electoral mostró las contradicciones entre sus dichos y hechos
potenciados por los malos resultados, por lo que se volcó, no a la autocrítica
en un contexto de pandemia, sino a confrontar las opiniones y denostar a los
que evidenciaban los errores tachándolos de conservadores.
Ahora bien, en el 2018, con un grito de hartazgo,
se creyó que al fin se atacarían las desigualdades, se enfrentarían los
orígenes de los atrasos económicos bajo un nuevo modelo de desarrollo y se
combatirían las múltiples violencias lejos de las ópticas punitivas y
militaristas. Rápidamente se constató que AMLO no representaba a un gobierno de
izquierda, en el sentido profundo de la lucha contra los privilegios. Lejos de
ello, una de sus primeras acciones fue nombrar a un comité asesor integrado por
los personajes más ricos del país. Y no por un asunto táctico, sino por una
concepción demagógica de que él gobernaría para “todos los mexicanos”. Hoy los
ricos son más ricos. Su frase efectista de “primero los pobres”, fue un vulgar
desplante. Eso sí, en la pandemia fueron los pobres los que mayoritariamente
murieron.
Así las cosas, la cita con las urnas implica un
plebiscito y no puede haber neutralidades. Se está por la ruta del
autoritarismo y la improvisación o por construir contrapesos, especialmente en
la Cámara de Diputados, que detengan la dinámica de un proyecto unipersonal,
con vetustas y viejas ideas, reproducidas bajo un gobierno vertical y
centralista, que acumula poder y muestra la fragilidad de las incipientes y
anémicas instituciones que han costado varias generaciones formar. Y que, nadie
se confunda, votar por los partidos opositores no significa el deseo de volver
a un pasado traumático y abusivo. De ninguna manera. Hoy necesitamos eliminar
el neopresidencialismo y el neoecheverrismo que se ha implantado desde Palacio
Nacional.
pedropenaloza@yahoo.com/@pedro_peanloz