No solo la intención es lo que cuenta…
Por Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. En política, en la administración pública, como en cada individualidad, no todos somos iguales. Si hasta los gemelos tienen diferencias sustanciales en sus comportamientos, es un hecho que tampoco un partido político salva la moralidad de todos, ni las religiones son garantía de buen comportamiento de sus feligreses. Sin embargo, para los asuntos públicos es necesario que se cumplan ciertos mínimos para configurar un perfil deseable, pues son aquí donde se da nuestra conexión con los otros. Un burócrata no tiene un trabajo cualquiera, sino una gran responsabilidad social y debe ser un ejemplo a seguir.
Para los asuntos públicos se desea un perfil que conjugue la capacidad de hacer las cosas con conocimiento y honestidad. Sin embargo, una buena parte de ellos adolecen de alguno de esos elementos. También es frecuente que gente con ganas de hacer un cambio real, incluso con preparación teórica adecuada, no saben gestionar los temas públicos. Por ello, es importante que la nueva clase de servidores públicos revisen adecuadamente los perfiles que ahora estarán al frente de nuestros destinos, para garantizar la eficacia y la eficiencia en la ejecución, sin improvisación. Y, sobre todo, que valoren lo que ya se está haciendo bien para continuar con esa vía de gestión, y no simplemente cortar por cortar.
Creo es importante señalar que, así como la corrupción es tan peligrosa al estancar el progreso de un país, también lo es el ímpetu de querer hacer bien las cosas sin conocimiento o ejecución. Dice el viejo refrán que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, como si bastase la buena voluntad para corregir las cosas, pero lo cierto es que muchos de los grandes errores de la humanidad partieron de esa idea, degenerando en dictaduras o masacres. La historia nos invita a no repetir estos casos atroces, pero estamos ante la oportunidad de apalancar adecuadamente a nuestro país y confío en que, en esta ocasión, nos irá muy bien.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.