¿Nos volverán a saquear?
¿Nos volverán a saquear?
Rúbrica
Por
Aurelio Contreras Moreno
El anuncio por parte de Citigroup de la
puesta en venta de Banamex y su salida de los negocios de banca de consumo y
banca empresarial en México fue vista como una mala señal respecto de lo que
ese grupo de inversión prevé para la economía del país.
Pero aun cuando se afirma que esa decisión
forma parte de una estrategia global de la compañía –la cuarta de su tipo en
importancia en los Estados Unidos- para enfocarse únicamente en sus clientes
corporativos, lo cierto es que si hubiese un horizonte promisorio en México en
materia financiera, difícilmente se desharían de una institución con una
cartera de millones de clientes en México.
El propio comunicado de Citigroup así lo deja
ver: buscan “asignar recursos a oportunidades alineadas con las principales
fortalezas de Citi, así como a nuestras ventajas competitivas”. Ventajas que
muy probablemente ya no perciban que tienen en el mercado mexicano.
Desde finales del año pasado, el gobierno ya
no pudo sostener el mito del “todo está bien” en materia económica y la
inflación se les disparó a niveles de escándalo: al cierre de 2021, la tasa de inflación anual en México
alcanzó la cifra de 7.36 por ciento, la más alta desde 2001.
Un retroceso
de dos décadas cuyos efectos resienten principalmente las clases medias y los
más pobres, cuyos exiguos ingresos –cuando los tienen- alcanzan para nada,
incluida la compra de alimentos, uno de los rubros más afectados por las alzas
de precios. Exactamente lo contrario de lo que se propone alcanzar un Estado de
Bienestar como al que supuestamente apuesta el gobierno mexicano con sus
políticas asistenciales.
Pero si la hiperinflación no bastase como un
indicador certero de los enormes apuros por los que atraviesa la economía
mexicana, la información que este mismo martes dio a conocer el Banco de México
(Banxico) no deja lugar a dudas de lo que se percibe a nivel internacional
sobre el manejo de las finanzas del país.
El Banco central –cuya titularidad cambió con
el inicio del año- dio a conocer que a la primera semana de 2022 se
registró una
disminución en las reservas internacionales por 446 millones de dólares,
cuyo saldo quedó en 201 mil 953 millones.
Las reservas internacionales tienen como función “contribuir a la
estabilidad de precios cuando se presenta una disminución de los flujos
comerciales o de capital de la balanza de pagos, por desequilibrios macroeconómicos
y/o financieros (internos o externos), tales como crisis causadas por una
reducción considerable en la actividad económica o en el comercio
internacional, quiebras bancarias, escasa liquidez en los mercados financieros,
encarecimiento del crédito, entre otros”, de acuerdo con la definición del
propio Banxico.
Al reducirse
las reservas, se disminuye también la liquidez del país y su capacidad para saldar rápidamente obligaciones
de pago en el exterior. Pero a pesar de ello, no ha faltado en el régimen de la
autoproclamada “cuarta transformación” quien sugiera “hincarle el diente” a las
reservas para financiar los programas clientelares y las obras faraónicas.
La cereza del pastel también se difundió este martes, aunque
tuvo poca repercusión entre medios cada vez más plegados a la “línea” oficial.
Y también la puso el Banxico: México registró el año pasado una salida
histórica de capitales extranjeros en el mercado de deuda que emite el
Gobierno.
Durante 2021 salieron del país 257 mil 601
millones de pesos, que si se suman a los 257 mil 239 millones que se “fugaron”
en 2020, nos da un total de 514 mil 840 millones de pesos en solo dos años. La
mayor salida de fondos registrada en México desde la década de los 90 de la
pasada centuria.
Tras la “administración de la abundancia” –en
realidad, brutal despilfarro- de los primeros años del sexenio de José López
Portillo, sobrevino una de las peores crisis económicas de la historia del
México moderno. En su último informe de gobierno, el presidente que se sentía
la reencarnación de Quetzalcóatl decretó la nacionalización de la banca y el
control de cambios ante la incontrolable salida de capitales del país. “Ya nos saquearon. México no se ha acabado.
No nos volverán a saquear”, dijo entre lágrimas aquel López, en uno de los
episodios más dramáticos y a la vez vergonzosos que se recuerden.
El “Deja Vú”
está de miedo.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:@yeyocontreras