OPINIÓN – EL IRLANDÉS
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CINERGIA
Por Pablo Contreras Sánchez
Démosle un respiro al viejo Marty. Me rehusaba a abrir esta reseña abordando la ‘controversia’ de Marvel, pero he leído y escuchado a tantos compañeros gen Z desprestigiando toda su carrera sólo por esas declaraciones, que no lo pude evitar. Y miren que a mí me encanta el MCU como a casi todo el mundo (‘Avengers: Endgame’ es la película más taquillera en la historia por una razón) ¿pero ofenderme sólo porque a Martin Scorsese no? Ahí es donde trazo la raya.
Porque vamos, el tipo ha estado activo en la industria durante más de cincuenta años, siendo responsable de algunos de los filmes más emblemáticos del medio, como ‘Taxi Driver’, ‘Buenos muchachos’, ‘Toro salvaje’ y ‘Calles peligrosas’, por nombrar algunos; no conforme, también representa un caso raro de un cineasta con estatus de leyenda que sigue trabajando al día de hoy y es constante con la calidad de sus proyectos (‘Los infiltrados’, ‘La isla siniestra’ y ‘El lobo de Wall Street’ pueden considerarse clásicos modernos), por lo que si él no quiere ver películas de superhéroes, por mí no hay ningún problema, siempre y cuando no deje de colocar espejos oscuros frente a la sociedad norteamericana con sus filmes, criticando su tendencia a glorificar y recompensar a la escoria más baja, porque eso es lo que hace mejor. De hecho, y después de tomarse un breve detour espiritual con la excelente ‘Silencio’, Scorsese vuelve al tipo de cine que le hizo de un nombre dentro de la industria: el de gángsters.
‘El irlandés’ es un hito para el cineasta por al menos tres razones: es su primer largometraje con Netflix, que llegará a la plataforma el próximo 27 de noviembre, pero goza ahora mismo de un lanzamiento limitado en salas de cine independientes; cuenta con un legendario ensamble actoral en sus tres roles protagónicos, marcando una nueva colaboración del director con Robert De Niro, su primera con Al Pacino (sorprendentemente) y el regreso a la actuación del gran Joe Pesci después de un retiro que duró nueve años; y finalmente, se trata de su película más épica y ambiciosa a la fecha, pues con una duración de tres horas y media, narra la historia real del veterano de guerra, asesino a sueldo y estafador Frank Sheeran (De Niro) a lo largo de varias décadas, y su participación en la desaparición del querido político estadounidense Jimmy Joffa.
Para sorpresa de nadie, ‘El irlandés’ está impecablemente dirigida, y goza de una enorme atención al detalle en sus altísimos valores de producción, así como sus aspectos técnicos, empezando por los impresionantes efectos visuales empleados para rejuvenecer a Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci. Los orígenes del rejuvenecimiento digital en el séptimo arte pueden ser rastreados hasta, irónicamente, una película de Marvel: ‘X-MEN: La batalla final’. Desde entonces, la técnica ha ganado Óscares (‘El curioso caso de Benjamin Button’) y ha provocado pesadillas de manera involuntaria (‘Star Wars: Rogue One’), pero aquí, la ejecución es prácticamente perfecta, con una naturalidad que, en lo personal, no había visto hasta ahora, lo cual resulta todavía más impresionante si consideramos que se trata de un filme donde sus tres protagonistas son retratados a lo largo de diferentes décadas y pasan dos tercios de la película sin aparentar su edad.
Pero todos esos trucos digitales serían puro ruido si no estuvieran acompañados de sustancia, y es ahí es donde brillan las tres actuaciones principales de esta película: Robert De Niro es tan asertivo y frío, como sorpresivamente sensible en el papel del estoico y carente de remordimientos Frank Sheeran (oímos que pinta casas). Al Pacino, de quien el mismo Scorsese es fan declarado, y a quien consideraba inalcanzable antes de hacer esta película, es un auténtico roba escenas con su carismático, explosivo e irreverente Jimmy Hoffa, y finalmente, resulta refrescante ver a Joe Pesci interpretando a un personaje tan reservado y calmado, pero no por ello menos intimidante, como Russell Buffalino; y dado que esta es una película de Martin Scorsese (quien tiene una filmografía llena de anti-héroes), no está de más recordar que estos personajes están moralmente en bancarrota, pero gracias al brillante guion y actuaciones detrás de ellos, no tienen problema en hacer que los apoyemos.
Hablando de Scorsese-ismos, todos están aquí: uso de cámara lenta en escenas clave, una historia de crimen contada a través de varios años, dinámicos montajes al ritmo de baladas en inglés y rock clásico, largos momentos de tensión brillantemente ejecutados, elegantes movimientos de cámara (¡Rodrigo Prieto FTW!), freeze frames, violencia retratada de manera realista, brutal y sin estilización, humor negro, y narración por parte del protagonista, la cual, en este caso, no conforme con difuminar la línea entre espectador y partícipe para la audiencia, también respalda la meta-narrativa de Marty contemplando su propia vida y obra a través de la trayectoria criminal de Frank Sheeran, con la pregunta final siendo: ¿era todo esto necesario?
VEREDICTO:
Soy muy fan del rumbo que ha tomado la carrera de Martin Scorsese en los últimos años; si con ‘Silencio’ el director se puso introspectivo en torno a su fe, tratando de entender y justificarla, en ‘El irlandés’ es como si hiciera las pases con su propia mortalidad, así como con el declive del cine de gángsters en la actualidad. Tal como lo dice el propio Frank Sheeran en la película, ‘todos tenemos nuestra fecha de caducidad’, por lo que trazar un paralelo entre la vida de este criminal y la carrera fílmica de Scorsese resulta inevitable.
Esta es una historia real sumamente impactante que se mantiene interesante y entretenida a lo largo de sus tres horas y treinta minutos de duración, quizá con solo una breve porción dentro de la narrativa (donde uno de los personajes va a prisión) que me hizo sentir como si la historia se detuviera. Para fans de Scorsese, ‘El irlandés’ representa lo más cercano que tenemos hasta ahora al magnum opus del director (o bien, otra adición a su larga lista de obras maestras) con la madurez y sabiduría que podríamos esperar de él a estas alturas de su vida y carrera, mientras que para adeptos del cine en general, este es un filme imprescindible, una hazaña técnica y de narrativa que merece ser apreciada en la pantalla más grande posible. Y sólo para cerrar el círculo: mientras siga haciendo películas tan brillantes y sutiles como esta, Marty puede seguir atacando mi entretenimiento palomero favorito cuantas veces quiera.
CALIFICACIÓN: 5/5 estrellas.
