Opinión – El Rey León (2019)
Por: Pablo Contreras Sánchez
ADVERTENCIA: ESTA RESEÑA CONTIENE SPOILERS DE UNA PELÍCULA QUE SE ESTRENÓ HACE VEINTICINCO AÑOS
Ah, la nostalgia es algo maravilloso… ¡y muy lucrativo también! O díganme, ¿quién no acostumbra mirar atrás, a un tiempo más simple, feliz e inocente de su vida? Eso Hollywood lo sabe, y por ello, últimamente ha estado bombeando remakes y reboots a diestra y siniestra. Ahora, rehacer una película es una práctica tan antigua como la industria misma, por lo que no importa lo que diga tu amigo snob crítico de cine, nada de eso es nuevo… Y si sueno como disco rayado diciendo todo esto, es porque en mayo pasado tuvimos una conversación bastante similar con la nueva versión de ‘Aladdín’, la cual, por cierto, se convirtió en un éxito financiero a nivel mundial, dándonos un indicio muy claro de que tendremos más para rato.
Ya ni siquiera es una exageración pensar que, en algún momento, Disney habrá dado el tratamiento live-action a todos y cada uno de sus clásicos animados; simplemente no hay manera de que se detengan a estas alturas. Pero dejando de lado mi cinismo y fatiga, no puedo negar que volver a visitar estas historias es algo positivo, y que las nuevas generaciones tienen derecho a disfrutar de ellas en la pantalla grande como nosotros lo hicimos en su día. Estos remakes
también presentan una oportunidad a la casa del ratón de corregir, cambiar o actualizar aspectos de las películas originales que no hayan envejecido muy bien, como por ejemplo, que la nueva ‘Mulán’ sea más respetuosa hacia la cultura china que la original (Los invito a elegir empatía antes que a un dragón de caricatura) o que la nueva Ariel ayude a inspirar a toda una generación de niñas de color (Aquellos que exigen a ‘la verdadera sirenita’ deberían considerar el hecho de que, para empezar, las sirenas no existen… pero estoy divagando).
¿Pero qué procede si se te manda a rehacer la película de animación tradicional más taquillera en la historia, la cual, además, rompió récords de ventas en formato casero, y es amada por casi todo ser humano sobre la faz de la tierra? Ayer puse la película original para verla de nuevo después de años, y me di cuenta de que, sorpresa, esta ha envejecido como el buen vino, o por lo menos, no tiene racismo flagrante de la época como ‘Dumbo’, ni un personaje fuerte femenino reducido a una damisela en apuros como en el tercer acto de ‘Aladdín’, así que… ¿Por qué exactamente la estamos rehaciendo? Todo eso probablemente pasó por la cabeza de Jon Favreau, director de este remake, así como el de ‘El libro de la selva’ y la primera ‘Iron Man’, en algún punto, y es que actualizar un clásico animado de este calibre nunca iba a ser una tarea fácil.
Refresquemos nuestra memoria: ‘El rey león’ relata el viaje del príncipe león Simba, quien vive tranquilo en Roca Manada junto con su padre Mufasa, su madre Sarabi y su mejor amiga Nala, mientras su malvado tío Scar lo resiente desde las sombras por haberle ‘robado’ su derecho al trono. Un fatídico día, Scar crea una plan para asesinar tanto a Simba como a Mufasa con la ayuda de un grupo de hienas marginadas, y aunque sólo consigue matar a éste último, logra convencer al pequeño Simba de que la muerte de su padre es culpa suya, haciéndole huir en exilio. Solo y desamparado, Simba es encontrado por Timón, una suricata, y Pumba, un jabalí, quienes lo toman en crianza y enseñan a vivir sin preocupaciones. Años después, una visita de Nala alentará a Simba a encontrar la valentía y responsabilidad en su interior para volver a Roca Manada y recuperar el trono de las garras del usurpador.
¿Suena familiar, no? Salvo por una canción y un par de escenas nuevas, una mostrando más de Nala y las leonas luchando contra el reinado de terror de Scar, y una encantadora secuencia que muestra el ‘círculo de la vida’ en acción, esta es exactamente la misma historia que cautivó al mundo entero hace veinticinco años. No sólo eso, sino que prácticamente todos los elementos que hicieron grande a la original están presentes aquí también: la grandiosa, épica música original de Hans Zimmer, las pegajosas y encantadoras canciones compuestas por Elton John y Tim Rice, así como el asombroso apartado visual que, por sí solo, justifica el precio de boleto, ya que alcanza un nivel de fotorrealismo nunca antes visto, hecho más impresionante por el hecho de que todo lo que ves en pantalla se construyó de cero utilizando animación por computadora (El director ha confesado que sólo un fotograma de la película es real, pero confirmó que no usaron animales de verdad en ningún punto del rodaje). A lo anterior, sumemos que el noventa por ciento de la película es una recreación cuadro por cuadro de la original, y podemos concluir que, con este remake, Jon Favreau entendió que, si no está roto, ¿para qué arreglarlo?
Sin embargo, este nivel de fidelidad y compromiso con el material de origen puede ser una espada de doble filo, ya que si bien, en lo que respecta a remakes de Disney, este es quizá el único que no tomó riesgos innecesarios, alterando lo que ya funcionaba y entregando algo peor en comparación, tampoco se puede negar que, para algunos, esto será simplemente más de lo mismo. Las adiciones son pocas y los escépticos probablemente pidan cambios más sustanciales, pero, de nuevo, con una película tan universalmente querida como esta, ¿habría valido la pena arriesgarse? Sin importar lo que Favreau decidiera hacer, no lograría complacer a todos, pero creo que tomó las decisiones correctas, en la mayor parte.
Hablando de incentivos para volver, el reparto de esta nueva versión está repleto de voces reconocidas: James Earl Jones vuelve a interpretar su papel de Mufasa, sonando tan imponente y poderoso como siempre. El comediante inglés John Oliver toma el papel de Zazú de Rowan Atkinson (Mr. Bean), mientras Chiwetel Ejiofor hace lo propio con el villano Scar, con zapatos particularmente difíciles de llenar gracias a la icónica interpretación de Jeremy Irons en la original; el Scar de Ejiofor es definitivamente más feroz y aterrador, pero no tan memorable como el de Irons, cuya teatralidad hizo a su personaje divertido y entrañable más allá de su maldad. Beyoncé se hace cargo de Nala adulta, gozando de un papel extendido, así como de la ya mencionada canción inédita, mientras que Donald Glover, el mismísimo Childish Gambino, hace lo propio con Simba adulto, rol que originalmente fue de Matthew Broderick.
Redondeando el cast están Keegan-Michael Key (A quien recientemente oímos en ‘Toy Story 4’), Eric André, a quien nunca en mi vida imaginé escuchar en una película familiar, mucho menos de Disney, gracias a su peculiar (Por decirlo suavemente) sentido del humor, y finalmente, Billy Eichner y Seth Rogen como Timón y Pumba, quienes roban cámara en cada escena que aparecen gracias a su impresionante química, palpable aún a través de animales generados por computadora. No obstante, existe un inconveniente en tener animales fotorrealistas como protagonistas esta vez, y es que el nivel de expresividad de estos no es el mismo que se puede lograr con animación tradicional, por lo que es más difícil empatizar con ellos la mayor parte del tiempo. Las escenas más emotivas de la original están presentes aquí, pero carecen del mismo impacto; no porque sepamos de antemano qué va a ocurrir, sino porque el rango de emociones que estos personajes pueden transmitir se ve triste, e irónicamente, limitado por el formato.
VEREDICTO:
Con sorprendentes efectos visuales, y un elenco de voz bastante sólido, ’El rey león’ (2019) es la mejor manera de introducir a las nuevas generaciones a esta inspiradora historia por primera vez. Para los nostálgicos, quizá falten incentivos para considerar a este remake la versión superior, pero el despliegue técnico, así como una constante muestra de amor y respeto hacia el clásico animado, deberían bastar para querer revivir las aventuras de Simba y compañía en la gran pantalla. No se puede negar que se trata de un viaje por el camino de los recuerdos y nada más, pero con recuerdos tan buenos como estos, ¿por qué quejarse?
CALIFICACIÓN: 3/5 estrellas.