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OPINIÓN – TED BUNDY: DURMIENDO CON EL ASESINO

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Por: Pablo Contreras Sánchez

El pasado veintiséis de enero, y rodeada de controversia, ‘Ted Bundy: Durmiendo con el asesino’, cuyo título original, ‘Extremely Wicked, Shockingly Evil, and Vile’, hace referencia a palabras dichas por el juez mientras dictaba la sentencia de Ted Bundy, tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Sundance. De entrada, la elección de Zac Efron para interpretar a uno de los asesinos seriales más notorios de la historia parecía… extraña, por decirlo de alguna manera, y su primer tráiler, el cual hacía ver a Bundy como una especie de encantador anti-héroe, no hizo mucho por calmar a los detractores. La película llega a nuestro país este fin de semana, cortesía de Corazón Films, pero ¿es esta una mirada honesta a la maldad de un hombre depravado que confesó a treinta asesinatos, o un producto hollywoodense más, que se encargará de poner a Bundy en un pedestal para una nueva generación de jóvenes susceptibles?

‘Ted Bundy: Durmiendo con el asesino’ cuenta la historia real de uno de los asesinos seriales más notorios de la historia desde el punto de vista de su novia, Elizabeth Kloepfer (Cuyo nombre fue cambiado a Liz Kendall en la película), quien luchó durante años por aceptar la verdad sobre su pareja. Esta interesante elección de perspectiva nos lleva a apreciar mejor la dualidad de Bundy, quien durante años logró convencer a miles de que su perfil de ‘príncipe encantador’ no encajaba con la naturaleza barbárica de sus actos. Por desgracia, la película no se compromete a un solo punto de vista durante mucho tiempo, y lo que empieza como un efectivo thriller psicológico sobre la emancipación de una mujer que, durante años, vivió culpándose a sí misma por los crímenes de alguien más, rápidamente se transforma en el show de Ted Bundy, hasta recuperar el curso cerca del final. Joe Berlinger, director de la película, también estuvo a cargo de la serie documental ‘Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy’, para Netflix, por lo que se extraña que optara por no comprometerse de lleno a contar esta historia bajo la perspectiva de alguien más.

La historia de la película nos es presentada en una cronología fracturada; es decir, empieza por el final (à- la ‘Pulp Fiction: Tiempos Violentos’) y de allí, va de adelante hacia atrás, y de atrás hacia adelante. Con esto, ‘Ted Bundy: Durmiendo con el asesino’ cae en la misma trampa que varias películas biográficas, al mostrar los sucesos más importantes en la vida de estas personas de manera fugaz y a modo de lista, y no como una progresión lógica de eventos, lo que hace que por momentos sientas que estás leyendo un artículo de Wikipedia, en vez de estar inmerso en la trama de una película. A esto sumemos los ya mencionados cambios de perspectiva durante el segundo acto, y tenemos un filme con crisis de identidad que oscila entre thriller psicológico, drama policiaco, drama romántico, y drama judicial.

Pero pasando a los aspectos positivos de la película y que, para beneplácito de quienes la esperaban con optimismo, no son pocos, yo formaba parte del grupo de personas que tenían sus dudas respecto a Zac Efron en el papel de Ted Bundy, lo cual, dicho sea de paso, nada tenía que ver con su capacidad actoral, pues en años recientes, el egresado de High School Musical ha demostrado su capacidad histriónica en películas como ‘El gran showman’ y ‘Buenos vecinos’, y con este, su rol más ambicioso a la fecha, tendría la oportunidad de explorar una faceta actoral completamente nueva. No, mi preocupación iba más encaminada hacia el trato que se le daría a Bundy en la película, y si bien, esta fue parcialmente acertada con el protagonismo que tuvo durante una gran parte de la misma, el trabajo de Efron cubre exitosamente las múltiples facetas del asesino. Porque vaya, estamos hablando de alguien cuyo narcisismo lo llevó a representarse a sí mismo en un juicio, y cuyo carisma le permitió manipular a un país entero. Eventualmente, me di cuenta que el efecto que Ted Bundy tuvo en la masas es equiparable al que Efron tiene en las generaciones actuales, siendo alguien cuya apariencia te haría pasar por alto cualquier cosa que pudiera esconder en su interior. Por fortuna, dicho lado oscuro es explorado también, particularmente, durante la escalofriante escena final, donde Efron entra por completo en modo Hannibal Lecter. Su interpretación es tan efectiva y convincente, que por momentos, puede llevarte a considerar la inocencia de Bundy, siendo que él mismo confesó, y posteriormente, fue a la silla eléctrica por sus varios crímenes en la vida real; resulta escalofriante pensarlo, pero es como si este hombre malvado nos siguiera manipulando desde la tumba.

Lily Collins ofrece una desgarradora interpretación en el papel de Liz Kendall, que la lleva de estar perdidamente enamorada de Bundy, a pasar por las cinco etapas del duelo conforme desenmascara la verdad sobre su novio. Destacadas también son las intervenciones del resto del elenco, lleno de caras conocidas que incluyen a Jim Parsons (‘The Big Bang Theory’), John Malkovich (‘En la línea de fuego’), Haley Joel Osment (‘El sexto sentido’) y hasta James Hetfield de Metallica, en una fugaz aparición como un oficial de policía. El trabajo de todos destaca especialmente durante escenas que recrean los infames juicios de Bundy, los cuales fueron televisados a nivel nacional y le dieron un perturbador estatus de celebridad entre los estadounidenses. Que a propósito, el filme presenta una especie de meta-narrativa sobre cómo las masas se ven atraídas a idolatrar figuras masculinas problemáticas, así como los riesgos de permitir que lo superficial nuble nuestro juicio completamente. Esto lo hace a modo de advertencia, dejando en claro que Bundy fue un asesino cuyos crímenes abominables afectaron las vidas de cientos de personas. Esta película pudo tomar la ruta fácil y convertirse en una celebración de los mismos, pero afortunadamente no lo hace, mostrando incluso un breve, pero respetuoso tributo a las treinta víctimas conocidas al final. También, se agradecen los esfuerzos de Berlinger por no recurrir a la violencia gratuita y explícita al momento de ilustrar los crímenes de Bundy, lo cual es un problema de mal gusto bastante recurrente en películas y series de televisión con esta misma temática.

VEREDICTO:

 ‘Ted Bundy: Durmiendo con el asesino’ es mucho más efectiva cuando se compromete a un solo punto de vista, en especial durante su a veces caótico segundo acto. No obstante, lo que fácilmente pudo convertirse en una glamourización de los crímenes de Bundy, acaba siendo un escalofriante recordatorio de que las personas que nos rodean y creemos conocer no siempre son lo que aparentan.

CALIFICACIÓN: 3/5 estrellas.

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