Para Elena
Para Elena
Por Rafael Rojas Colorado
En
este día dedicado a la madre me sensibilizó al recordar nuestras primeras
vivencias en la vida, en esa temprana edad lo que menos imaginaba era conocer a
la mujer que sería mi esposa y madre de mis hijos, mis ilusiones apenas eran
prematuras, más el destino se torna caprichoso y comienza a tender un camino
que aún no se puede visualizar con exactitud, son los sentimientos los que se
van entrelazando entre sí, fortalecen el anhelo y ahondan esa atracción que se
va convirtiendo en un perdurable amor.
En mi mente aún prevalece la espontánea sonrisa que por vez primera me regalaste cuando nos conocimos. Apenas once años de edad. Era el comienzo de una bella amistad y de las primeras ilusiones. Fueron pocos aquellos dichosos meses. De pronto, pareció que el viento se llevó aquel dulce ensueño. Sin embargo, tu ausencia no fue total, porque tu presencia se cobijaba en mi pensamiento, manteniendo viva
mi alma.
Tiempo después el destino nos hizo coincidir nuevamente y aproveché al máximo esa oportunidad: convencerte para que fueras mi inseparable compañera por el resto de nuestras vidas. Y eso has sido para mí durante todos estos años, la luz de tu presencia ha llenado mi diario vivir, dándome aliento en mis momentos de decepción. Tú eres la verdadera fuerza de nuestro hogar y una lágrima en silencio frente al dolor para no acrecentar mis sufrimientos. Por esta razón te valoro como mujer y el darles a tus hijos la oportunidad de nacer, sin duda alguna son momentos sublimes que solo una mujer como tú puede experimentar al convertirse en madre. Gracias por ser como eres; tu nombre está esculpido en el corazón de cada uno de tus hijos.
En estos años de mayor sobriedad comprendo profundamente tu actuación como mujer y encuentro el significado del sacrificio que guarda el precio de tu felicidad para entregarme lo que realmente no merezco. No sé, en sí, cómo decírtelo, pero te pido perdón por limitar tus sueños a los que renunciaste tan sólo para cuidarme amorosamente y entregarme tu vida como una madre.