Problemática de la titulación
Problemática de la titulación
Por René Sánchez García
En
el año de 1994 circulaba una revista mensual de la Universidad Veracruzana con
el nombre de Gaceta. Es casi seguro
que fue el mes de noviembre de ese mismo año, que envié (más bien llevé a las
oficinas de Comunicación Social, ubicadas en el edificio de la Rectoría) una
colaboración con el título de “Problemática de la titulación”, donde explico
por qué los egresados de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana
no se titulan, presentando en dicho trabajo algunas alternativas para
solucionar dicho mal, que en aquel entonces preocupaba a dicha escuela
formadora de docentes.
El
mencionado trabajo se publicó en el número correspondiente al mes de diciembre
(número 12, p. 17), asunto que es casi seguro me causó demasiado agrado, pues
se trataba de una revista de circulación masiva entre el estudiantado y el
profesorado universitario en sus diferentes zonas o campus, como hoy se le
dice.
Pues
bien, recuerdo que una tarde, para ser más precisos el día lunes 23 de enero de
1995, como a las 17 horas, mi hermano Rafael me habló por teléfono al Instituto
de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana (ubicadas en
aquel entonces en la actual Unidad de Humanidades, por la zona de San Bruno en
Xalapa) para decirme que en esos precisos momentos en un programa educativo en
Radio Universidad Veracruzana, los conductores estaban comentando el contenido
de éste trabajo publicado.
Lo
cierto es que en ese instante no pude sintonizar la radio y escuchar dichos
comentarios, pero igual me llené de felicidad al saber que mi colaboración
escrita plasmada en dicha revista universitaria, no había quedado en el más
completo olvido. Una amiga compañera de dicha Facultad, me refiero a la maestra
Liliana de la Llave Covarrubias, días después me comentó que dicho trabajo fue
tomado como lectura reflexiva en su curso o asignatura que impartía.
En
una agenda de ese año (1995) registré todos estos acontecimientos, es por ello
que en esta colaboración lo puedo explicar con más detalle. Lo que sí es real
es que aún conservo el ejemplar de dicha revista, así como el suplemento
cultural del periódico La Crónica,
del día 24 de febrero de ese mismo año, donde mi amigo Julio César Martínez
García (qpd) amablemente lo incluyó para ser leído fuera de los círculos
estudiantiles.