René Domínguez…ejemplo de amor, entrega y tesón.
Norma Carretero Rojano
Aquí, justo en éste escalón René y Luz Maria echaban novio con dos hermosas chaperones: Elichabe –mi hermanita- y yo.
Pero, ¿quienes son René y Luz Maria?; Luz Maria Jácome (qpd), fue como otra hermana para Elichabe y para mi; vivíó algun tiempo en casa, era raro pero emocionante. “Luz”, como le decimos de cariño, era un poco mayor que nosotras, cuando estudiabamos los primeros años de la “prepa” Luz ya iba a la universidad, estudiaba idiomas.
René era el novio oficial quien años mas tarde la desposó. Me queda claro que se amaban y que el gran amor que se tuvieron sobrepuso los prejuicios de la época, Ella de clase acomodada y El, vivía dignamentre de su trabajo –como lo sigue haciendo-, trabajo que yo vi; esforzandose por salir adelante día con día; un trabajo rudo, pues se dedicó por años a elaborar de manera artesanal maquinaria para el tostado del café, a punta de cincel y martillo.
Luz y René tuvieron solo una hijita: Sarita, que cuando conoci recien nacida su cunita colgaba del techo de su casita, humilde, pero llena de amor e ilusiones.
El destino, en ocasiones, no perdona, Luz enfermó y a los pocos años murió…¡todavía me parece increible!.
El sabado pasado, en el baile de coronacion de la reina de El Regional, ¡me encantó volver a verle despues de algunos años!, me remitió a la nostalgia, a los buenos recuerdos y a mi adolescencia. Lo percibo feliz, tranquilo, agradecido con la vida, prospero. Tuve la fortuna de su compañía al día siguiente en casa –como en antaño- donde recordamos al lado de mi hermana Elichabe parte de lo vivido juntos, anecdotas chuscas, algunas tristes, pero el rato fue muy agradable.
No cabe duda que Luz dejó buenos recuerdos.
«Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.» “Hubbard, Elbert.
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