Reñida elección
DANIEL BADILLO
La elección del primero de julio para elegir presidente de la República, gobernador, senadores, diputados locales y federales será la más reñida de los últimos años. Ningún analista serio podría anticipar, en estos momentos, una victoria holgada para ninguno de los aspirantes tanto a presidente de la República como a gobernador de Veracruz. Hasta ahora no hay nada para nadie. Conforme se acerca el periodo de campaña las distancias se acortan y los tres más fuertes contendientes deben redoblar el paso para ganar la voluntad popular. En la entidad, tanto José Yunes Zorrilla como Cuitláhuac García Jiménez y Miguel Ángel Yunes Márquez tienen serias posibilidades de ganar, aunque se anticipa que la diferencia entre el primero y segundo lugar será mínima. En el caso del PRI, a pesar del desastroso papel llevado a cabo por el nefasto ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, José Yunes tiene como carta de presentación su honestidad y su intachable hoja de servicios, lo que lo distingue del ex mandatario a quien se debe la peor crisis económica y de seguridad que vive Veracruz.
Cuitláhuac García por su parte cuenta en su haber con una votación cercana a los 800 mil sufragios en su primera incursión como candidato a gobernador. Sin embargo, esa ventaja podría multiplicarse pues ahora irá en la boleta junto con Andrés Manuel López Obrador, lo que seguramente abonará miles de votos a su causa. De hecho, en el búnker de Morena en la capital del país dan por seguro que tanto en Veracruz como en la Ciudad de México, este partido podría alzarse con la victoria, además de la presidencia de la República. Entre los cálculos que llevan a cabo señalan que un gran sector del perredismo podría votar por Morena. En el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez deberá hacer un esfuerzo aún mayor para diferenciarse de su padre, el gobernador de Veracruz. Se trata de un joven que ha llevado a cabo una labor importante como legislador y dos veces como alcalde de Boca del Río; sin embargo, los escasos resultados del gobierno estatal en materia de seguridad y desarrollo económico van a pesar en su labor de convencimiento.
Mientras tanto, las precampañas siguen su curso. Toca a los ciudadanos tomar la mejor decisión a partir de conocer los pasados y presentes de los aspirantes, así como sus propuestas encaminadas a hacer frente a la inseguridad, la falta de empleo y la crisis económica que prevalece en todo el país. En este espacio he insistido en que la violencia no conviene a nadie. Debe convocarse a un pacto de civilidad entre los aspirantes, para evitar que la confrontación de ideas derive en una confrontación personal que podría conducir al enfrentamiento entre los seguidores de los candidatos. El Organismo Público Local Electoral deberá llamar a la mesura tanto a los candidatos, como a sus partidos y militantes para evitar un escenario de crispación que nadie desea.
POSDATA:
En el PRI se estaban tardando. Era insostenible la permanencia de Renato Alarcón Guevara como dirigente estatal de dicho partido. Su paso por el Comité Directivo Estatal fue intrascendente, insípido e incoloro. Carente de discurso y estrategia, Renato se distinguió más por su tibieza frente al actuar del Gobierno del Estado al que evitó tocar en todo momento hasta con el pétalo de una declaración. En contraparte, Américo Zúñiga Martínez, quien ha sido secretario del Trabajo, legislador local y alcalde de Xalapa, llega con nuevos bríos. Conoce a los grupos priistas de todo el estado y tiene una innata habilidad para el diálogo y el acuerdo. Se le desea éxito en su nueva encomienda.
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