RETROALIMENTACIÓN
RETROALIMENTACIÓN
Parte 2
Mtra. Irasel Negrete Ronzón
“La evaluación del aprendizaje es un
proceso de autoevaluación
en donde el educador solamente guía
al alumno a identificar el proceso
que se ha logrado respecto de los
objetivos propuestos”
Villalobos, 2011
En el artículo anterior mencioné
las bondades de la
retroalimentación, Hattie & Timperley, 2007 señalan
que el objetivo final de la
retroalimentación debería ser el proporcionar a los estudiantes una actitud de
“Yo puedo hacer esto porque sé cómo”, y
hacia allá deberán
estar enfocados nuestros
esfuerzos, en dotar
a nuestros estudiantes
de la capacidad y
confianza necesaria en sus habilidades, fortalezas y saberes
para poder enfrentarse
al mundo. Además de ellos, nosotros como docentes también
requerimos intercambiar
experiencias con nuestros colegas
y retroalimentarnos para
conocer la efectividad
de nuestro trabajo.
Dentro del aula, llevar a cabo la retroalimentación será parte de nuestra cotidianeidad y no por eso deberá de ser una actividad improvisada, la retroalimentación de acuerdo con Wanda Bonnel y Heidi Boehm (2011) se tiene que planear además de tomar en cuenta el número de estudiantes a los que se tienen que atender, estos autores también afirman que la retroalimentación es un elemento significativo en el proceso de aprendizaje, que significa el poder apoyar al estudiante a lograr la meta propuesta de un curso. Además de agendar la retroalimentación, otras recomendaciones que podemos aplicar son: tener a la mano una lista de cotejo que proporcione una pauta de criterios al momento de dar el feedback, de esa manera tenemos claros los indicadores que estamos analizando por otro lado, siempre que tengamos oportunidad, es sugerible llevarla a cabo de manera individual puesto que no todos los estudiantes pueden llegar a sentirse cómodos recibiendo las observaciones de manera grupal, además de ello, en una conversación de uno a uno, los alumnos pueden expresar sus ideas o dudas con mayor confianza, complementario al diálogo 1 a 1, podemos reforzar esta actividad si pedimos a los educandos que tomen notas de lo que les decimos y sobre todo de aquello que consideran importante, y nosotros como maestros podemos llevar un registro del avance del estudiante que añada información sobre su progreso aunado a las evidencias que tenga en su portafolio de trabajo para al final de cada bloque ir haciendo una comparativa que nos permita corroborar el desempeño global de cada alumno.
En
el caso de
los docentes, el
trabajo entre pares
y en específico
del tema que
nos compete que
es la retroalimentación, es fundamental
para redireccionar nuestra
práctica en caso
de ser necesario
así como de
reforzar aquellas actitudes
o actividades que han
sido positivas, cuando
se trabaja este
proceso con los
colegas, se tiene
la oportunidad de
identificar y priorizar las
necesidades de fortalecimiento de las competencias que se
tienen
y generar dentro de
la escuela modalidades de
desarrollo profesional continuo porque
se vuelven un equipo
en el cual
existe la confianza para el
diálogo, se forjan condiciones
para la reflexión y
el análisis que
promueven una comunidad
de aprendizaje profesional
que dota a sus
integrantes de la
identificación necesaria para
conseguir metas en
común, según Black y William
(1998, citado por Shute, 2008) la función
más importante de la retroalimentación es la dirección y
facilitación, así
que si en
un equipo de
docentes pueden llevar
a cabo este
complejo proceso de manera
sistemática en pro
de su labor,
seguramente el servicio
que ofrezcan será
de calidad y
enfocado en el
mismo propósito.
Para
concluir, Hattie y Timperley (2007) indican que la retroalimentación busca que el
alumno se dé cuenta de la discrepancia que hay entre lo que comprendió y lo
que debió haber comprendido, o cómo se ha desempeñado para cumplir con el
objetivo de aprendizaje de cada actividad, dicho de otro modo, se trata de hacerle
ver lo que
debía lograr y
lo que le
faltó por hacer (proceso), por lo que
dar una retroalimentación asertiva que le aporte al estudiante información especifica,
detallada, individualizada, en tiempo, enfocada a un nuevo aprendizaje,
detectando áreas de oportunidad en las que puede mejorar deberá
ser parte de las actividades
que diariamente llevamos
a cabo, y por
otro lado, suscitar
en colectivo que los docentes compartan ideas y prácticas
bajo una cultura de colaboración, promoverá mayor
integración entre el
personal de una
escuela y la retroalimentación podrá
cobrar su sentido
real ya que
será “devuelta” en
acciones aplicables que
favorezcan el proceso
educativo.