Crónica CoatepecanaDestacado

San Jerónimo y la construcción de la identidad entre los coatepecanos. Pervivencia de la Memoria Indígena.

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CRÓNICA COATEPECANA

Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

jesus_bonilla1@hotmail.com

 

La observación de Las diversas opiniones en las redes sociales, en concreto las vinculadas con la discusión sobre cuáles son las auténticas tradiciones de Coatepec y las que han sido integradas a través del tiempo como parte de un proceso dinámico de la cultura, nos obligan a reflexionar sobre las particularidades histórico-culturales que han influido en la construcción de la identidad de un sector de la sociedad coatepecana, actualmente identificado como “Barrio de San Jerónimo”.

Ejercicio que debe ser sustentado en el análisis objetivo de las fuentes documentales, el dato etnográfico y demás evidencias materiales que son estudiadas desde diversas disciplinas científicas como: la historia, antropología, etnohistoria y arqueología, entre otras. En sí los estudios deben de ser realizados por profesionistas formados teórica y metodológicamente, a fin de que se puedan abordar problemas disciplinarios cuyo estudio permita generar conocimiento, y no sólo una repetición de información ya tratada por autores que nos anteceden, aparte de aquellas apreciaciones personales que en algunos casos denotan un conocimiento muy limitado o parcial del desarrollo sociocultural de la sociedad local.

Actualmente se fomentan en el ámbito académico las investigaciones de corte interdisciplinario y multidisciplinario, estudios en los que se integran datos que son aportados desde diversas disciplinas, a manera de ejercicio que permite corroborar y/o ampliar la información que le da sustento a las propuestas y resultados sobre el tratamiento de las temáticas. A la par de que debemos de reconocer la serie de trabajos donde se privilegian los estudios parcelarios por parte de algunos profesionistas, quizá porque desconocen cómo se generan los datos duros en otras disciplinas y ello les limita al aprovechamiento de todas las fuentes potenciales de información en el desarrollo de estudios de corte interdisciplinario.

Las nuevas necesidades en materia de estudios socioculturales sobre todo cuando se trata de reconstruir procesos de larga duración en torno a las sociedades locales y su interrelación con eventos a nivel nacional e internacional, nos llevan a revisar con rigurosidad los datos aportados desde diferentes fuentes documentales. Por tanto ya no podemos basar nuestras propuestas en una sola obra o evidencia, y más si no tenemos la seguridad de que se trate de un trabajo producto del análisis competitivo de fuentes informativas, lo cual nos llevaría a sustentar propuestas endebles en torno a un proceso con base en la percepción personal de su autor y/o convertirnos en portavoces de intereses personales o tendencias ideológicas del momento.

Religiosidad y conformación de la identidad entre los habitantes del “Barrio de San Jerónimo”

A fin de entender el proceso de larga duración y los momentos en que se dieron una serie de reinterpretaciones en torno a la figura de San Jerónimo como entidad tutelar, así como el conjunto de revitalizaciones y/o refuncionalización de antiguas concepciones simbólicas a través del tiempo. Es necesario partir de los propios orígenes del asentamiento prehispánico para entender las diversas prácticas culturales que dan paso a un proceso sincrético, cuyas pervivencias podemos observar hasta el presente en las manifestaciones propias de la religiosidad popular que dan sustento a la fiesta de San Jerónimo.

Las evidencias arqueológicas permiten corroborar la existencia del antiguo asentamiento prehispánico de Coatepec (hoy Coatepec Viejo) en las estribaciones del  macizo montañoso del Cofre de Perote. En la actualidad podemos observar los restos de varios basamentos que en conjunto integraban el centro ceremonial, cabecera del antiguo Altepetl (Unidad político-territorial) hasta donde llegaron los religiosos franciscanos en el año de 1555, según datos del canónigo Antonio Mateo Rebolledo, dichos testimonios se corroboran con la información grabada en el dintel del Convento de Xalapa, donde se informa que la construcción del edificio se terminó en el año de 1555, y permitió a los frailes iniciar el proceso de evangelización entre los grupos nahuas que se localizaban al suroeste de Xalapa.

Es necesario aclarar que los origenes del proceso de evangelización a nivel regional, tienen su inicio en los años treinta del siglo XVI entre las comunidades totonacas de la zona serrana de Chiconquiaco y Misantla, lugar hasta donde se desplazaron los franciscanos y a la par de difundir la religión cristiana, participaron activamente en las congregaciones de los “Pueblos de Indios”, a los que asignaron nombres de santos en su carácter de entidades tutelares, según podemos corroborar a través del estudio de los códices regionales (Documentos histórico-cartográficos) que se conservan a la fecha, entre los cuales destaca el Códice de San Juan Chapultepec.

Los propios datos asentados por el canónigo Mateo Rebolledo, permiten corroborar que cinco años después de iniciado el proceso de evangelización en la comunidad nahua de Coatepec (prehispánico) se dio por concluida la instrucción religiosa, momento que marca la movilización de la población indígena hacia un lugar de más fácil acceso, práctica común en los procesos de reducción de las comunidades indígenas, y el establecimiento de los llamados “Pueblos de Indios” con la asignación de la respectiva entidad tutelar a la nueva comunidad. Santo o santa católica que desde esos mismos momentos fue honrada anualmente con sencillas ceremonias de inicio, las cuales debieron de concretarse a los servicios litúrgicos y con el tiempo integrarse algunas otras manifestaciones religiosas y profanas.

El desplazamiento de la población local desde el asentamiento prehispánico al nuevo sitio y la fundación del pueblo bautizado con el nombre de San Jerónimo Coatepec, estuvo permeado por convencionalismos simbólicos observados por la propia comunidad indígena, en razón de que se buscó existieran algunas características geográfico-simbólicas similares a las del lugar del origen (Cerro-cueva) para establecer el nuevo asentamiento, y el sitio elegido para constituir el nuevo asentamiento fue al pie del actual “Cerro de las Culebras”, expresión que corresponde en parte a la traducción castellana del vocablo Coatepec.

En sí el “Cerro-cueva” es una forma arquetípica de tradición indígena mesoamericana, entendiendo arquetipo en su acepción básica como una construcción sociocultural sustentada en concepciones vinculadas a la estructuración del espacio simbólico. Por lo que la analogía simbólica entre el asentamiento prehispánico de Coatepec y el nuevo pueblo de San Jerónimo Coatepec fundado aproximadamente en 1560, se circunscribe a una práctica cultural de tradición mesoamericana. Un caso similar lo encontramos en el proceso que vivió la sociedad azteca cuando salieron del mítico sitio de Aztlán (Lugar de garzas) cuyas características geográfico-simbólicas corresponden a una zona lacustre en la que emerge una isla, punto de partida de la denominada “peregrinación de los aztecas”, y que después de más de doscientos años de movilizarse entre diferentes puntos, fundan su nuevo asentamiento en una zona lacustre con islotes, cuyas características geográficas se corresponden con el punto de partida, en cuanto a la reproducción del “arquetipo inicial” y su enlace simbólico con el nuevo asentamiento. Sirva el presente ejemplo para que usted amable lector comprenda la importancia simbólica que establecieron los antiguos indígenas nahuas, entre el Coatepec prehispánico y el “Pueblo de Indios de San Jerónimo Coatepec”  instituido en el año de 1560.

Las comunidades indígenas que fueron conformadas a partir de la reducción en “Pueblos de Indios”, se dieron a la tarea de construir las primeras capillas dedicadas a la entidad tutelar asignada como patrono del pueblo, y para solventar los gastos derivados del culto se procedió a conformar la llamada “caja de comunidad” arcón en el que se resguardaba la aportación periódica de cada integrante del grupo, a fin de poseer un pequeño capital monetario para atender diversas necesidades, entre ellas las de tipo religioso. Un ejemplo de recursos destinados para solventar gastos relacionados con el culto a la entidad tutelar, lo tenemos en un documento que se resguarda en el Archivo de Notarías de Xalapa, manuscrito  fechado en 1644 donde se asienta el convenio realizado entre los representantes de la “República de indios” de Coatepec y un maestro dorador de la ciudad de Puebla, quien por la cantidad de trescientos ochenta pesos de oro común, se comprometía a elaborar el retablo mayor para la iglesia local, con medidas que apenas rebasaban los cuatro metros de alto por un poco más de tres metros de ancho. El retablo sería de madera con nueve lienzos, incluyendo al centro el lienzo con la imagen de san Jerónimo. Probablemente la construcción religiosa haya sido en su totalidad de madera, por el hecho de que en 1669 informaron los indígenas a las autoridades, sobre la caída de un rayo y el incendio que consumió en su totalidad la iglesia, razón por la que los indígenas solicitaban fueran exentados de los tributos durante cuatro años, a fin de construir un nuevo recinto católico.

Ya para estas fechas la comunidad indígena de Coatepec era atendida por ministros diocesanos, quienes en el año de 1643 desplazaron a los religiosos franciscanos de las comunidades de Xicochimalco y Coatepec. El primer presbítero que atendió a los indígenas de la localidad fue el señor cura de Xalapa Bachiller Pedro de Yrala, según consta en el expediente de 1592 – 1643 que se resguarda en el archivo de la parroquia de san Jerónimo.

Por tanto la iglesia local de Coatepec es atendida por religiosos diocesanos desde 1643 pero debemos reconocer a los religiosos franciscanos, el haber realizado todo el trabajo difícil para la difusión del cristianismo entre las comunidades indígenas, proceso que no fue nada fácil en virtud de la fuerte resistencia por parte de los indígenas a no olvidar sus antiguas prácticas religiosos, situación que determinó se mantuvieron prácticas paganas en el anonimato hasta bien entrado el siglo XVII y dieron sustento al proceso sincrético en torno a la figura de San Jerónimo, entidad tutelar asignada por los mismos religiosos franciscanos. Por tanto a la llegada de los diocesanos el proceso de evangelización se encontraba muy avanzado y lo único que hicieron fue retomar el ejercicio litúrgico y ratificar a la entidad tutelar de la localidad.

Años después se inició el proceso para separar la iglesia local de Coatepec del curato de Xalapa, asunto que podemos darle seguimiento en un expediente signado en el año de 1693 y que se resguarda en el Archivo General de la Nación. En el siguiente fragmento del texto contenido en el documento en mención, podemos darnos cuenta de parte del proceso de separación

“…Excelentisimo Señor  habiendo vacado por muerte del licenciado don Juan Bañuelos Cabesa de Vaca Uno de los Venefisios Curador de Xalapa me es forsoso hacer Representacion a Vuestra Excelencia de la grande Utilidad Spiritual y temporal que Resulta asi a los parrochos como a los feligreses de que estos dos Curatos que hasta aqui an corrido sin distinsion i separasion de paroquias se dividan y separen para que estando en proporsionados distintas las cabeceras tengan fasil Recurso a su ministerio los feligreses… Curato de la Nueva Cabesera primeramente el pueblo de San Geronimo Coatepecque a de ser Cavesera y su yglecia parroquia quedando agregados a el y a su administración el pueblo de Jico Chimalco Rancho de San Marcos y los yngenios siguientes = el yngenio nombrado Buena Vista de don Juan Belasquez de la Cadena el yngenio nombrado la Santisima Trinidad que es de los herederos del Capitan don Francisco de Segura Matamoros… “

Los datos contenidos en el expediente, mismo que fue signado por el propio virrey de la Nueva España a nombre del monarca español don Carlos II y a petición del obispo de la ciudad  de Puebla don Manuel Fernández de Santa Cruz, informa sobre el inicio del proceso de separación, mismo que debió de concluir en el año de 1694. Fecha que se contrapone a la registrada por el canónigo don Antonio Mateo Rebolledo en su obra “Apuntes Históricos y Geográficos de la Villa de Coatepec” publicada en el año de 1864, donde refiere que fue en el año de 1684 cuando se llevó a cabo el proceso de separación y ratificación del nombre dado tiempo atrás al pueblo de San Jerónimo Coatepec. Dichas inconsistencias nos llevan a deducir que el padre Rebolledo no tuvo a la mano un documento en donde se asentaran los pormenores del proceso de separación de la iglesia local y su elevación al rango de curato, lo que le llevó al registro de una fecha que no se corresponde con documentos oficiales de aquella época.

El nuevo curato de Coatepec se circunscribe a un proceso de separación enfocado a optimizar la atención de la creciente feligresía local por parte del clero diocesano y por tanto no implica el establecimiento de una festividad en torno a la entidad tutelar. Cuyas celebraciones se venían realizando desde tiempo atrás; en cuya etapa inicial debieron de ser muy sencillas en torno a las actividades litúrgicas, y con el transcurrir del tiempo ser enriquecidas con la integración de diversas actividades tanto litúrgicas como profanas.

La creación del nuevo curato entre 1693-1694 determinó una refundación del asentamiento, cuya ordenanza real se emitió en el año de 1701 y concluyó el proceso de refundación en 1702 bajo los lineamientos de la traza novohispana. Por lo que el viejo “Pueblo de Indios de San Jerónimo Coatepec” se integró a la nueva traza bajo la categoría de barrio, conocido hasta el presente como “Barrio de San Jerónimo”, lugar desde donde se mantiene la tradición de elaborar las ofrendas florales a la entidad tutelar tanto del pueblo como del barrio.

Comentarios finales

La construcción de la identidad de un sector poblacional de la ciudad de Coatepec (Barrio de San Jerónimo) se sustenta en prácticas culturales inherentes a la religiosidad popular, cuyos orígenes nos remontan al siglo XVI, momento en que se lleva a cabo el proceso de reducción, a la que se ve obligada la población nahua del asentamiento prehispánico de Coatepec, sitio ubicado en las estribaciones del Cofre de Perote. El resultado de dicho proceso que reviste tendencias político-económicas, en cuanto a un mayor control de la sociedad local por parte de las autoridades novohispanas, determina la fundación del “Pueblo de Indios de San Jerónimo Coatepec”.

En la asignación de san Jerónimo como entidad tutelar del nuevo asentamiento, debió mediar como parte del discurso religioso a la población nativa, una disertación sobre la vida del santo y sus funciones en cuanto a secretario papal y traductor de la Vulgata, a la par de informales sobre su etapa de ermitaño en una cueva cerca de Belém, pasajes de su vida que debieron dejar profunda huella en el reconocimiento de la entidad católica por parte de los indígenas nahuas, y les motivó a realizar una serie de reinterpretaciones con base en sus propias concepciones del espacio geográfico-simbólico y antiguas entidades, cuyos paralelismos icónicos dieron origen a establecer analogías simbólicas entre san Jerónimo y su león con el antiguo dios Tepeyollotl y el jaguar como su alter ego.

Dichas reinterpretaciones se configuraron dentro de un complejo proceso sincrético cuyos remanentes perviven hasta el presente, y sólo pueden ser entendidos a partir de la revitalización y refuncionalización de las antiguas formas arquetípicas y reinterpretaciones simbólicas que se entretejen con las historias que hasta el presente se relatan periódicamente, al momento en que se elaboran las ofrendas florales durante las últimas semanas del mes de septiembre.

Referencias bibliográficas

Archivo de Notarías de Xalapa

Archivo de la Parroquia de san Jerónimo

Archivo General de la Nación

Bonilla Palmeros, Jesús Javier, UN ABRAZO A MI TIERRA COATEPEC. CULTURA Y TRADICIÓN QUE FORJAN NUESTRA IDENTIDAD, Impresora Toscana, Coatepec, Ver., 2013.

____________ San Jerónimo y Tepeyollotl: entre cerros, cuevas y templos, edición de autor, Impresora Toscana, Coatepec, Ver., 2015.

____________ Antecedentes de la parroquia de san Jerónimo en Coatepec (Primera y segunda parte), Semanario El Regional, publicados el sábados 11 y 18 de noviembre de 2017, números 2595 y 2596, p. 14

Rebolledo, Antonio Mateo, “Apuntes Históricos y Geográficos de la Villa de Coatepec”, en: Leonardo Pasquel, Serie Historiográfica, Coatepec I, Editorial Citlaltepec, Xalapa, Ver., 1959, pp. 73-141.

 

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