PLUMAS DE COATEPEC

SELECCIÓN NACIONAL

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SELECCIÓN NACIONAL

Por Rafael Rojas Colorado

Cuando se ve y se habla de futbol soccer la atención se centra en las actuaciones de los equipos, igual en el jugador favorito, la tabla de posiciones de los torneos en los que participan, mientras el aficionado disfruta de esta pasión llamada futbol

Sin embargo, poco sé imagina el aficionado o fanático que es lo que sucede entre los jugadores y sus directivos, como son tratados en sus viajes al extranjero, que tipo de comida o concentración tienen de acuerdo a la sede en la que son recibidos y mucho más.

Luciano Wernicke nos invita a conocer las “Historias Insólitas de la Selección Mexicana”. Cada página es un fragmento de tiempo, letras que son vehículos que nos trasladan por los cinco continentes. De esta manera nos sitúa en los Juegos Olímpicos de 1928 celebrados en Ámsterdam, Holanda. La primera participación de la selección mexicana en juegos olímpicos y su primera amargura, pues España los venció siete goles a uno. En esta participación se conoce al primer arquero azteca: Óscar Bonfiglio. También nos devela que el escudo de la Federación de Uruguay tiene cuatro estrellas: dos significan las medallas de oro ganadas en las olimpíadas de 1924 y 1928, dos más las de los mundiales ganados en 1930 y 1950. En los primeros años de la selección de México su uniforme es una tenue combinación que da un color guinda, muy parecida al vino tinto. Fue hasta el mundial de Suecia en 1958, cuando México estrenó su tradicional camiseta verde, en esa ocasión le tocó el grupo tres, Suecia vestía de amarillo; Gales y Hungría, de rojo, así se evitaron muchas confusiones.

Anécdotas y sucesos como el que se vivió la vez en la que el equipo mexicano jugó contra el de Estados Unidos de Norteamérica en el estadio del Partido Nazionale Fascista de Roma, se jugaban la clasificación de octavos de final. Fue invitado Benito Mussoline, lo recibieron con ampulosas zalamerías los directivos y funcionarios deportivos. Lo invitaron a pasar a ocupar el asiento de un palco de honor, don Benito expresó que lo haría después de pagar su boleto y el de dos hijos que lo acompañaban, y así lo hizo, porque no quería privilegios para nadie y sería el ejemplo a seguir.

La escuadra de Brasil vestía uniforme color blanco cuando fue vencido por Uruguay ante 200 mil aficionados que coreaban su dolor en ese encuentro que fue conocido como “el Maracanazo”. Los directivos estuvieron de acuerdo en que el color blanco traía mala suerte, fue entonces que convocaron a los ciudadanos a participar en un diseño para el uniforme oficial de los cariocas. El ganador fue un joven de 19 años de nombre Aldyr García Schlee; así nació el uniforme con los cuatro colores de la bandera: amarillo, verde, azul y blanco, que se estrenó el 14 de marzo de 1954 en el mismo estadio Maracaná y le ganaron a Chile uno a cero.

Estas letras nos permiten ver la juventud del novato Ignacio “don Nacho” Trelles en la época que entrenaba al equipo Marte (1953/54) y Zacatepec 1954-55), fue entonces que la Federación le dio la oportunidad de preparar a la Selección Mexicana, para poder estar presentes en el mundial de Suecia en 1958. En su cuadro figuraba Antonio Carbajal, Salvador Reyes, Crescencio Gutiérrez, Alfredo Hernández y Jaime Belmonte.

Logramos visualizar al guardameta del Club Deportivo Oro, Héctor Antonio Mota “Piolín”, tan solo medía un metro con 57 centímetros de estatura, recibió ocho goles en su portería, Trelles lo convocó para el mundial de Chile, pero nunca más lo volvió a alinear bajo los tres palos.

Increíble el vudú que un hechicero le hizo a los seleccionados mexicanos en Haití, nadie creyó ni se sugestionó con esos maleficios, lo cierto que, al poco tiempo, a todos los que fueron a ese país, se les acabó prematuramente su carrera futbolista, así lo declaró tiempo después Rafael Puente y Enrique Borja,

Las historias y anécdotas sobran en este bello texto que nos presenta Luciano Wernicke, nos conduce desde los juegos Olímpicos de Holanda hasta el mundial de Brasil en 2014, además nos muestra el sufrimiento de los jugadores mexicanos, malas conductas, sus alegrías y decepciones y la pasión del aficionado de este deporte de las patadas.

Amable lector, adquiera este texto y conocerá las peripecias de la Selección Mexicana, también tiene un rostro como el de cualquier ser humano, y tiene que pagar la factura que exige su trabajo: el futbol.

rafaelrojascolorado@yaho.com.mx