Filosofo de GüemezOpinión

¡TELÉFONO CELULAR!

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¡TELÉFONO CELULAR!

Por Ramón Durón Ruíz (†)

La gente me pregunta ¿por qué en cada artículo trabajo con historias?, será porque el Filósofo ha aprendido que, a través de ellas, las enseñanzas que la vida tiene para ti y para mí se facilitan si en un proceso de humildad nos abrimos a asimilarlas y accesarlas a nuestro poder personal, porque todo está hecho para nuestro aprendizaje y grandeza.

Este viejo campesino sabe que su existencia –como la tuya– ha de tener un sentido de vida, para mí se expresa a través del amor y del humor, que me llevan a celebrar diariamente con alegría la fiesta de la vida y por ende a vivir en la “casa de la salud”.

“En la polaridad de la existencia, hay quienes se sienten pobreteados, víctimas, culpables, llenos de soledad, sufrimiento y abandono, esos han decidido vivir en la “casa de la enfermedad”; por el contario aquellos que se sienten parte del milagro del nuevo amanecer, que celebran la vida, que gozan cada minuto teniendo una visión positiva del presente, siendo responsables, respetuosos, llenos de un amor incondicional, habitan en la “casa de la salud”.

Los que se pobretean innecesariamente, constantemente se enfrentan a los fantasmas del pasado, están atados a sus pérdidas y abandonos, con los dolores y sufrimientos del ayer, vegetan en el allá y el entonces. Olvidan que si la naturaleza nos puso “los ojos enfrente, es porque es más importante ver hacia adelante que hacia atrás, porque la vida es lo que viene… ¡no lo que fue!1

Los de la “casa de la salud” coexisten en el hoy, en el aquí y el ahora, entregándose a vivir en cada segundo una experiencia novedosa, sabiendo que no hay camino sin piedras, ni existencia sin adversidades, pero saben que son estas la que le dan sabor a su vida y crecimiento a su alma.

Ellos han aprendido a reconciliarse con el pasado y a relacionarse amorosamente consigo mismos, por eso tienen mucho que ofrecer a la vida… porque saben que nadie puede dar lo que no tiene.

Todos tenemos una necesidad primaria, la de ser atendidos, pero si no hay quien te atienda, atiéndete tú solo, mímate, acaríciate, al mirarte al espejo enamórate de ti, recuerda que cada etapa de la existencia tiene sus atractivos y bondades y concíbete honrado por estar con vida, lleno de salud y bendiciones… siéntete parte del milagro de la existencia.

Recuerda que el universo –por una parte– responde inmediatamente ante el poder 

de amor que emitas porque es la emoción más superior y –por otra parte– no olvides que: “Lo común se mira con el sentido de la vista, y lo esencial y trascendente se ven con los ojos del alma

Hoy ten presente que el humor es un extraordinario proceso catártico, que al enfrentarte a los conflictos del ayer te congenia con tus dones y poderes, liberándote de la tiranía de lo perfecto, recordándote que estás en la fiesta de la vida para gozar, triunfar y ser feliz… lo demás que quede en manos del Señor.

El viejo campesino con las enseñanzas que le han dejado los años, ha aprendido que la alegría que produce el sentido del humor, además de ser altamente terapéutica es una evidencia de la paz y la sabiduría que anida en el interior.

A propósito de humor, en una noche fría y estrellada, Ovárica iba caminando triste, ojerosa, cansada y sin ilusiones por los caminos de Güémez, buscaba de cantina en cantina a su viejo Heraclíto, quien tenía 3 días de no llegar a casa por andar de parranda. En la oscuridad, sin darse cuenta tropezó con algo de donde después de rodar salió una poderosa luz y con ella el genio de la lámpara, éste le dice a la abnegada mujer que le pida un deseo:

— Quiero –dijo emocionada– que mi marido me mime, que no deje de verme, que a cada instante me toque con sus dedos y manos callosas por el arado; que en la parcela, en la casa, en el antro, en las carnes asadas y hasta con otras viejas yo sea primero; que disfrute al verme y tocarme… que siempre este al pendiente de mí.

¡¡¡Y en la madre!!! ¡que la convierte en…¡TELÉFONO CELULAR!

1.- http://www.soymayornoviejo.com/9/1626/reflexiones-igual-lecciones-vida.html