Temor o prudencia
Por Pedro Peñaloza
La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.
Immanuel KantLa inocultable subordinación.
- El inquilino de la Casa Blanca puede despotricar y amenazar con cerrar la frontera. Poco importa. Por su parte, AMLO, habitante momentáneo de Palacio Nacional, responderá que no caerá en ninguna “provocación” y será “prudente”. Bien, el comportamiento del tabasqueño es coherente con su visión de lo que debe ser la relación con el imperio del norte. Es sencillo: un nacionalista de un país periférico se somete a los dictados de otro nacionalista de un país dominante. Nada nuevo. Las cartas están sobre la mesa.
Trump manda a su yerno a compartir viandas con el presidente de México. Acuerdan en privado compromisos que sólo los asistentes saben, incluido el anfitrión miembro de Televisa. El yugo se dialoga, AMLO lo festina y lo acepta. Nada de cartas impugnadoras por el territorio que nos robaron. Nada de eso. Aquí es la Realpolitik. Los negocios son los negocios. Las envalentonadas del ex Jefe de Gobierno durante su campaña resultan amnesia pura. La lógica de Washington es impecable y conocida: los lazos umbilicales de la balanza comercial y el forcejeo del nuevo tratado comercial tienen contra la pared a un dirigente autóctono que no sabe si es conveniente viajar a los Estados Unidos o reproducir pláticas en la soledad de las opíparas cenas de alguno de sus consejeros empresariales. En síntesis, tenemos un jefe del ejecutivo que disfraza su debilidad internacional con frases huecas y de impacto momentáneo. No más
2.Migración y violencias. La política migratoria del gobierno mexicano se realiza a tientas, sin rumbo e improvisada. El discurso proteccionista de AMLO frente al arribo masivo de personas de diversos orígenes está haciendo agua. Por un lado, nos estamos convirtiendo en una sala de espera del gobierno estadounidense; y, por otro, no le estamos dando ninguna alternativa a los miles de migrantes que están en tránsito o son rechazados por los vecinos del norte.
Ni empleo, ni condiciones adecuadas de vida para quienes vienen huyendo de las violencias y la exclusión de sus países de origen. El coctel social y económico que se está coagulando nos puede conducir a dinámicas xenofóbicas y quizá a enfrentamiento físicos entre los migrantes y nuestros compatriotas de los estados fronterizos. Y, por supuesto, la posible salida ante la incapacidad estructural de darles certidumbre es la de su vinculación a la criminalidad organizada o que se conviertan en bandas de delincuencia molecular, con lo que enfrentaríamos escenarios que expandirían la descomposición social y las inequidades económicas.
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