Pedro Peñaloza

TIEMPO DE CANALLAS

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Pedro Peñaloza

“Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás.

La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos,

otras veces como derecho de todos”.

Karl Marx.

1. Golpe a San Lázaro. La invulnerabilidad vulnerada. Está más que claro, que las violencias no están sujetas a fueros y límites formales. El asesinato y calcinación del diputado federal priista por Jalisco, Gabriel Gómez Michel, dibuja en su exacta dimensión las características de un sistema que tiene múltiples porosidades y vacíos. La crueldad de sus victimarios, quienes no tuvieron ningún freno para secuestrarlo a plena luz y en una avenida notoriamente transitada, ratifica el poderío y la impunidad de quienes lo hicieron. No, no solo estamos en presencia de un hecho, a todas luces censurable, sino que dicho crimen muestra los alcances de una descomposición social que lanza múltiples mensajes frente a la incapacidad notable y evidente de un Estado orientado únicamente a vigilar que los procesos de acumulación capitalista fluyan sin contratiempos. La reacción de los legisladores de que sea la PGR la que investigue nos vuelve a colocar en el mismo sendero de siempre, a saber, solo el derecho penal puede resolver los hechos sociales. La desgracia conceptual y pereza histórica nos convierte en simples repetidores de viejos dogmas reciclados y sobre todo ineficaces.

2. Ajusticiamientos «en caliente». ¿Regresó el pasado o nunca se fue? Recordemos: Diversos testigos han señalado que el pasado 30 de junio, veintiún civiles fueros ajusticiados por elementos de las fuerzas armadas en la comunidad rural de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), ha declarado que desde julio pasado inició una investigación -actualmente conformada por 700 páginas- acerca de lo ocurrido en el municipio mexiquense, en el que se incluye inspecciones oculares, dictámenes periciales, testimonios de tres sobrevivientes (una mujer que declaró a la revista Esquire que los soldados habían ejecutado a los jóvenes, después de que éstos se habían rendido, y dos personas que están detenidas en el Penal de Tepic, Nayarit), así como de vecinos del lugar, lo que les permitirá presentar un informe amplio.

Las versiones existentes se contradicen. De acuerdo con la información proporcionada por funcionarios de la Sedena, mediante la Procuraduría General de Justicia Militar, los militares se enfrentaron con un grupo de hombres armados que tenían a tres mujeres secuestradas y que en la confrontación abatieron a los atacantes. Sin embargo, investigaciones periodísticas han señalado que no hubo enfrentamiento, sino que los militares ejecutaron a los presuntos delincuentes luego de interrogarlos. Por su parte, la joven testigo, cuyo nombre no se ha dado a conocer, comentó a la publicación estadounidense que estuvo detenida una semana en las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México en Toluca y en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde fue obligada a firmar documentos y a ser fotografiada junto a las armas incautadas por el ejército el 30 de junio.

Epílogo. Ambos hechos descritos líneas arriba, con sus diferencias evidentes, ponen frente a nosotros la fotografía de un país que no puede subestimar lo acontecido. Claro, al menos que sigamos reproduciendo y fomentando el cinismo como forma de vida cotidiana. En el segundo caso, de confirmarse las versiones de los testigos, es evidente que las fuerzas armadas no están capacitadas para realizar actividades de la llamada seguridad pública. ¿Seguirá la tozudez oficial a costa de lo que sea? ¡Qué futuro nos espera!

pedropenaloza@yahoo.com /                                   Twitter: @pedro_penaloz

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