Pedro Peñaloza

Trampas, trueques y torpezas

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Pedro Peñaloza

 

“No permitiré injusticias, ni juego sucio,

pero si se pilla alguien practicando la corrupción

sin que yo reciba una comisión, lo pondremos contra la pared…

¡Y le daremos la orden de disparar!

Groucho Marx

 

1. Apapachos, risotadas y plácemes. Después de que el Senado aprobó por 74 votos a favor, 20 en contra y una abstención, la conversión del DF por Ciudad de México, el licenciado Peña Nieto y el doctor Miguel Mancera seguramente se comunicaron para festinar el hecho y hasta el jovenzuelo Castillejos, consejero jurídico de la presidencia, debió haber recibido una palmadita de su jefe. Todos felices, faltaba más. Se logró un acuerdo que beneficia al PRI y que le da oxígeno a Mancera, al menos por el momento. Ahora saber aritmética también implica entender de política, veamos el monstruo de conveniencia que crearon: de los 100 integrantes de la llamada Asamblea Constituyente, 60 serán electos por voto libre y directo y 40 designados por el Congreso, Presidente de la República y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, así las cosas las matemáticas puras y elementales nos muestran con crudeza la maniobra, el PRI y el Verde, que apenas representan 17.7 por ciento de la votación en la ciudad, se quedarán, contando los seis votos que le corresponde al Ejecutivo federal, con 31 diputados, mientras Morena, que tiene una presencia política de 25.3 por ciento, tendrá apenas 16 diputados para dicho Congreso Constituyente, el cual va a redactar la Constitución de la capital del país.

Así las cosas, es evidente que la ruta que sentará las bases de la ciudad contará con subterfugios, protecciones y redes  para el PRI, y por supuesto para el titular del Ejecutivo federal. No se trata de concurso de ingenuidades ni mucho menos, es más que evidente que Mancera requiere el oxígeno del Gobierno federal para poder competir en las elecciones presidenciales y, viceversa, el partido tricolor necesita reconfigurarse en la ahora Ciudad de México. La izquierda orgánica -Morena y PRD- se confrontará, pero tendrá que llegar a un acuerdo antes de 2018 para evitar que una alianza PRI-PAN y hasta Mancera los derroten. Veremos.

2. Salario del miedo y caras duras. La rebatinga del Salario Mínimo (SM) entre Mancera y Navarrete Prida, no es más que una trágica comedia en donde lo que menos importa es el poder adquisitivo de los más de seis millones de trabajadores que ganan esa cuota salarial. El jefe de Gobierno quiere desplegar la bandera “justiciera” para maquillarse de izquierda y, el Gobierno peñista hace equilibrismo para congraciarse con los obreros, pero sin tocar ni con el pétalo de una rosa a los empresarios. Así, poco se puede hacer para romper la dinámica de pauperización y explotación de los asalariados. Es más, se ha revivido el concepto de “productividad” como condición previa para los elementos salariales, simples bagatelas de la economía vulgar que aún sostiene que “primero se tiene que generar la riqueza para después repartirla”. Sí, esperar el goteo para los proletarios, que primero se llenen las alforjas los segmentos burgueses y ya veremos qué sobras le tocan a los únicos que producen riqueza. La náusea.

Epílogo. En este recuento de cínicos e ignorantes no debemos perder de vista el contexto nada estimulante: desaparecidos, impunidad policíaca y militar, y glotonería sin límites de una minoría rapaz. Frente a este escenario el panorama se muestra tétrico, una izquierda nacionalista y fracturada y un priísmo con toneladas de recursos económicos y de mañas al por mayor. El abismo nos espera.
pedropenaloza@yahoo.com / Twitter: @pedro_penaloz

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