UN DOMINGO CON JOSÉ EMILIO PACHECO
UN DOMINGO CON JOSÉ EMILIO PACHECO
René
Sánchez García
Deben existir diversas
maneras de disfrutar un día domingo. Convivir con la familia, disfrutar con los
amigos, asistir a asuntos religiosos, ver en un partido de futbol, visitar a
algún enfermo, escuchar buena música, estas son tan sólo algunas de las formas
que permiten tener un poco de paz interior. Este domingo pasado lo dedique, por
espacio de tres horas a la buena lectura. En esta ocasión escogí a uno de mis
escritores favoritos, me refiero a José Emilio Pacheco Berry, considerado uno
de los escritores más importantes de la literatura mexicana y universal del
siglo XX. Uno de los exponentes en la experimentación de nuevas estructuras y
técnicas narrativas en sus novelas, cuentos, poesía, ensayos, traducciones, así
como un cronista cultural depurador y de compromiso social.
José Emilio (México, 1939-2014) formó parte de
una generación de escritores mexicanos que desarrollaron su creatividad
narrativa y poética durante la segunda mitad del siglo XX y hasta los primeros
años del actual XXI. Este grupo de jóvenes escritores, críticos y artistas,
estuvo integrado también por Carlos Monsiváis a la cabeza, seguidos por Eduardo
Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Vicente Leñero, Juan García Ponce,
Sergio Galindo y Salvador Elizondo. Ellos siempre reconocieron la influencia
decisiva de Salvador Novo, Octavio Paz, Alfonso Reyes, Juan José Arreola.
Pues bien, ayer me dispuse a releer dos obras
fundamentales: El principio del placer, que salió a la luz en el año de 1972,
bajo el sello editorial de Joaquín Mortiz y posteriormente en ediciones Era. Al
igual que Las batallas en el desierto, cuya primera edición data del año de 1981, publicada por ediciones Era. “En
dichas obras demuestra su maestría literaria, realmente singular. Por lo que no
hay autor que se compare a José Emilio Pacheco en la segunda mitad del siglo XX
mexicano”, expresa Juan Domingo Arguelles.
En Las batallas en el desierto, que es
una novela corta, el autor narra la historia de un chico escolar que descubre
por primera vez el amor limpio. Situación que se desarrolla en una de las
colonias más conocidas de la ahora ciudad de México, en la época del presidente
Miguel Alemán Valdés, misma que se caracterizó por la corrupción generalizada.
Ese chico estudiante conoce Mariana, madre de su compañero de salón y termina
perdidamente enamorado, atreviéndose a confesarle directamente dicho
sentimiento. La señora, esposa de un alto funcionario, lo comprende y lo
disculpa con un tierno beso. Pasado el tiempo, vuelve del extranjero y se
encuentra con un excompañero, quien le cuenta que Mariana ha muerto hace ya
varios años. La busca inútilmente, asunto que le causa una inmensa tristeza.
Esta novela fue llevada al cine bajo en nombre Mariana-Mariana.
En la siguiente, o sea, en El principio del placer,
una novela breve que se desarrolla en el puerto de Veracruz, al final del
sexenio de Alemán Valdés y al inicio del ejercicio de Ruíz Cortines. Aquí, un
joven adolescente conoce por unas amigas a Ana Luisa, de la cual se enamora
perdidamente. Como sucedía en aquellos tiempos, se veían a escondidas cada vez
que se podía. Al viajar la chica a Xalapa, ella y él se enviaban cartas de
amor. En esas cartas el joven descubre ciertas cosas que le preocupan y que le
han contado ya, o sea que Ana es una chica que con cualquier hombre se va o se
relaciona. Todo esto le ocasiona al muchacho disgustos familiares, pues ya se
han enterado de la calidad moral de la chica. Terminan por fin la relación,
pero él la sigue recordando. Pasando los años la ve pasar en traje de baño en
una de las playas de Veracruz y comprueba que ella se deja acariciar por un
hombre mayor, tal y como se lo habían contado. Descubre que ella vive en casa
de una pareja que la obliga a ejercer el oficio más viejo del mundo.
Bueno, esto era lo que deseaba comentarles,
acerca de lo que propuse realizar ayer domingo.