UN PUEBLO DE MAGIA
Oficialmente se dice que
Coatepec fue fundado en el año de 1702, pero antes existe prehistoria de la que
se encargan los investigadores y cronistas en busca de las raíces del pueblo.
Sin embargo, en esta importante fecha se realizó la traza urbana por el cura
Pedro Jiménez del Campillo y don Luis de san José, gobernador de indios.
El pueblo de Coatepec poco a poco se fue urbanizando,
calles y barrios tomaron forma con nombres que, con el tiempo, fueron
cambiados, por ejemplo, barrio de san Juan; San Andrés, San Pedro, Tránsito,
Cantarranas, totopo, calle del Reloj, Calle Buena Vista, entre otras más. La
evolución del pueblo obedecía al paso del tiempo, la gente trabajaba en el
campo, el comercio entre otras actividades que les proporcionaba cierta
seguridad a los moradores, que jamás dejaban de pensar en mejorar su economía.
Todo esto sucedía en este
suelo semi escondido de la vista de gente ajena al terruño. Nada parecía
perturbar la vida cotidiana de los naturales. Pero por el año de 1808, llegó el
café a Coatepec. Pronto se hicieron sembradíos de ese fruto en toda la comarca,
de esta actividad comercial ya fue imposible pasar desapercibidos por otros
estados del país incluso del mundo ¡Coatepec, adquirió fama!
A pesar de estos cambios económicos, culturales,
políticos y sociales, la geografía que presentaba, todavía se mantenía en la
quietud de lo que se llama provincia. Predominaban las iglesias, las casas con
grandes ventanas y fina herrería, jardines perfumados de flores y amplios
corredores, se veían esparcidas en algunas calles las tiendas de abarrotes,
ferreterías, droguerías, boticas y farmacias, surgieron los servicios de
algunos médicos para atender las enfermedades de las personas del pueblo,
Hospitales y negocios de ropa entre otras necesidades que no abastecían en su
totalidad a los habitantes del pueblo.
En el siglo XX todavía se
conoció el Piojito, cuya presencia vestía de magia al pueblo, al evocar su
parsimonioso andar, es investirse la nostalgia de aquello que ya no volverá,
porque el hombre tiene infinitos deseo de progreso. Las paleterías como la Yola
de don Francisco Lomelí, la de don Antonio Hernández, Los Dos Polos, La
Michoacana y el Kiosco esparcidas en la fisonomía del pueblo, armonizaban con
las garnacheras que ocupaban algunas esquinas o sus hogares, también se les
veía en el mercado Rebolledo. Todavía se asoma en el recuerdo el anafre sobre
la lumbre, el sartén con manteca guisando el delicioso alimento y los clientes
paladeado con gusto ese manjar, difusamente se distinguían cuando bajaba la
niebla a besar el suelo. Tanto para los habitantes como para las personas que
visitaban el pueblo, se veían obligados a visitar El trébol, buenas enchiladas y
tostadas para cenar, el único restaurante “El Coronita de don Antonio Morales o
si preferían mariscos, visitaban a don Vicente Bonilla.
Se pueden describir tantos
recuerdos de este pueblo que ayer se vistió de una magia natural, así lo
confirmaban sus calles tejidas de piedra de río en esa quietud que solo era
irrumpida por el tañer del campanario de sus iglesias, llamando a los
feligreses a misa. Toda su atmósfera se bordaba de un hechizo o encanto, que
parecía inspirado desde el fondo del corazón por sus habitantes, trabajaban,
reían y plácidos disfrutaban cada centímetro de este provinciano hogar, que no
advertían que el tiempo lo cambiaría.
El Coatepec de ayer fue un
verdadero pueblo mágico, de ensueño y de fantasía, pero nadie hablaba de ello,
pues no era necesario, porque todo era parte del diario vivir. El tiempo acercó
el progreso, todo comenzó a cambiar de una manera rápida. Es probable que
alguien se asomó al matiz de su pasado y lo propuso para recibir oficialmente
el titulo de pueblo mágico.
La mañana del 17 de agosto del 2006 fue bañada por una
lluvia de confeti que caía de las alturas del palacio municipal, el júbilo de
los ciudadanos estaba presente. A las trece horas el secretario de Turismo de
la Nación, señor Roberto Elizondo Torres, le dio a Coatepec, el nombramiento
oficial de Pueblo Mágico, acompañado de un sensible discurso.
En el presídium estaba el doctor Miguel Galindo Huesca,
presidente de Coatepec; Don Humberto Torio Sánchez, director de turismo
municipal; Roque Zapata, director de Cultura municipal; diputada Silvia Monge
Villalobos; el diputado Adolfo Mota Hernández; el gobernador de Veracruz,
licenciado Fidel Herrera Beltrán.
El comité de pueblos mágicos
encabezado por su presidente Marco Andrade Sánchez, Jesús Morales Domínguez,
secretario, Sergio Huesca Amador, tesorero.
Javier Murrieta Cervantes,
Malena Mestizo Tejeda, Roberto Morando Viveros y Roberto Macías. (vocales)
todos ellos frente a la alegría de un pueblo apretujado en el parque Miguel
Hidalgo.
A partir de ese histórico día, de la noche a la mañana,
se abrieron nuevos negocios, con el afán de recibir al turismo. Aún falta mucho
por hacer, pero Coatepec tiene un pasado que se hace presente en los atisbos de
magia que enorgullece a sus habitantes y enamora al visitante. Coatepec, felicidades
por tus XV años de Pueblo Mágico. rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx