Ars ScribendiPLUMAS DE COATEPEC

UN PUEBLO DE MAGIA

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UN PUEBLO DE MAGIA

Por Rafael Rojas Colorado 

Oficialmente se dice que Coatepec fue fundado en el año de 1702, pero antes existe prehistoria de la que se encargan los investigadores y cronistas en busca de las raíces del pueblo. Sin embargo, en esta importante fecha se realizó la traza urbana por el cura Pedro Jiménez del Campillo y don Luis de san José, gobernador de indios.

            El pueblo de Coatepec poco a poco se fue urbanizando, calles y barrios tomaron forma con nombres que, con el tiempo, fueron cambiados, por ejemplo, barrio de san Juan; San Andrés, San Pedro, Tránsito, Cantarranas, totopo, calle del Reloj, Calle Buena Vista, entre otras más. La evolución del pueblo obedecía al paso del tiempo, la gente trabajaba en el campo, el comercio entre otras actividades que les proporcionaba cierta seguridad a los moradores, que jamás dejaban de pensar en mejorar su economía.

Todo esto sucedía en este suelo semi escondido de la vista de gente ajena al terruño. Nada parecía perturbar la vida cotidiana de los naturales. Pero por el año de 1808, llegó el café a Coatepec. Pronto se hicieron sembradíos de ese fruto en toda la comarca, de esta actividad comercial ya fue imposible pasar desapercibidos por otros estados del país incluso del mundo ¡Coatepec, adquirió fama!

            A pesar de estos cambios económicos, culturales, políticos y sociales, la geografía que presentaba, todavía se mantenía en la quietud de lo que se llama provincia. Predominaban las iglesias, las casas con grandes ventanas y fina herrería, jardines perfumados de flores y amplios corredores, se veían esparcidas en algunas calles las tiendas de abarrotes, ferreterías, droguerías, boticas y farmacias, surgieron los servicios de algunos médicos para atender las enfermedades de las personas del pueblo, Hospitales y negocios de ropa entre otras necesidades que no abastecían en su totalidad a los habitantes del pueblo.

En el siglo XX todavía se conoció el Piojito, cuya presencia vestía de magia al pueblo, al evocar su parsimonioso andar, es investirse la nostalgia de aquello que ya no volverá, porque el hombre tiene infinitos deseo de progreso. Las paleterías como la Yola de don Francisco Lomelí, la de don Antonio Hernández, Los Dos Polos, La Michoacana y el Kiosco esparcidas en la fisonomía del pueblo, armonizaban con las garnacheras que ocupaban algunas esquinas o sus hogares, también se les veía en el mercado Rebolledo. Todavía se asoma en el recuerdo el anafre sobre la lumbre, el sartén con manteca guisando el delicioso alimento y los clientes paladeado con gusto ese manjar, difusamente se distinguían cuando bajaba la niebla a besar el suelo. Tanto para los habitantes como para las personas que visitaban el pueblo, se veían obligados a visitar El trébol, buenas enchiladas y tostadas para cenar, el único restaurante “El Coronita de don Antonio Morales o si preferían mariscos, visitaban a don Vicente Bonilla.

Se pueden describir tantos recuerdos de este pueblo que ayer se vistió de una magia natural, así lo confirmaban sus calles tejidas de piedra de río en esa quietud que solo era irrumpida por el tañer del campanario de sus iglesias, llamando a los feligreses a misa. Toda su atmósfera se bordaba de un hechizo o encanto, que parecía inspirado desde el fondo del corazón por sus habitantes, trabajaban, reían y plácidos disfrutaban cada centímetro de este provinciano hogar, que no advertían que el tiempo lo cambiaría.

El Coatepec de ayer fue un verdadero pueblo mágico, de ensueño y de fantasía, pero nadie hablaba de ello, pues no era necesario, porque todo era parte del diario vivir. El tiempo acercó el progreso, todo comenzó a cambiar de una manera rápida. Es probable que alguien se asomó al matiz de su pasado y lo propuso para recibir oficialmente el titulo de pueblo mágico.

            La mañana del 17 de agosto del 2006 fue bañada por una lluvia de confeti que caía de las alturas del palacio municipal, el júbilo de los ciudadanos estaba presente. A las trece horas el secretario de Turismo de la Nación, señor Roberto Elizondo Torres, le dio a Coatepec, el nombramiento oficial de Pueblo Mágico, acompañado de un sensible discurso.

            En el presídium estaba el doctor Miguel Galindo Huesca, presidente de Coatepec; Don Humberto Torio Sánchez, director de turismo municipal; Roque Zapata, director de Cultura municipal; diputada Silvia Monge Villalobos; el diputado Adolfo Mota Hernández; el gobernador de Veracruz, licenciado Fidel Herrera Beltrán.

El comité de pueblos mágicos encabezado por su presidente Marco Andrade Sánchez, Jesús Morales Domínguez, secretario, Sergio Huesca Amador, tesorero.

Javier Murrieta Cervantes, Malena Mestizo Tejeda, Roberto Morando Viveros y Roberto Macías. (vocales) todos ellos frente a la alegría de un pueblo apretujado en el parque Miguel Hidalgo.

            A partir de ese histórico día, de la noche a la mañana, se abrieron nuevos negocios, con el afán de recibir al turismo. Aún falta mucho por hacer, pero Coatepec tiene un pasado que se hace presente en los atisbos de magia que enorgullece a sus habitantes y enamora al visitante. Coatepec, felicidades por tus XV años de Pueblo Mágico. rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx