Ars ScribendiPLUMAS DE COATEPEC

UN SUEÑO

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ARS SCRIBENDI

UN SUEÑO

Por Rafael Rojas Colorado

Señora, no necesito soñarla, porque usted ya es un sueño, un sueño que sublima el alma y cuya presencia irradia las más profundas emociones y fantasías. Es el sueño de la niña, la joven, la novia, la mujer madura, la compañera y amiga; la de la sonrisa que enamora y la de los ojos que contemplan el universo cuando titilan las estrellas emitiendo mensajes a las esferas celestes.

 

Es el sueño de un perenne otoño que irradia los colores dorados de los atardeceres, el sueño de las montañas y las flores que destilan su perfume hechizando a los pajarillos y mariposas, el de los riachuelos dejando correr sus cristalinas aguas guarecidos por la sombra de los follajes que los cobijan del sol.

 

Es el sueño del sol y la luna y de lo divino. Es usted la más pura quimera que me ha hecho soñar despierto, como si la vida en sí fuese siempre un sueño, tan solo porque al verla ya vivo un sueño que me conduce hacia una comunicación espiritual con su ser o con ese pequeño duende de las cosas bellas y maravillosas.

 

De qué manera se puede soñar con lo que ya es un sueño que acaricia lo más sensible de los sentimientos, que muda todo en ternura, amistad, bondad, dulzura y amor. Es el sueño otoñal, el que musicaliza el viento y mece en piruetas las hojas de los árboles para que no se lastimen al caer, el que guarece el frío en la sombra, pero su corazón entibia todo lo que roza. Es el insaciable sueño que jamás termina. Eso y mucho más es usted señora, el sueño más dulce que he soñado en mi imaginación aún despierto.

 rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx