Urge la Transformación Social de CFE y PEMEX
En un país como México, donde más del 50% de
la población presenta un grado de pobreza, es más que evidente que el Estado se
ha visto rebasado para abatir estos rezagos y los niveles de marginación en el que
viven millones de familias. Actualmente, el Gobierno Federal ha dado un cambio
de rumbo a la política social, transformando e implementando estrategias y
programas para instaurar un Estado de Bienestar, focalizando su acción en el
abatimiento de rezagos sociales.
Históricamente, en el seno de los hogares,
existen dos aspectos cruciales que inciden directamente en la economía de las
familias, además, de la alimentación, diariamente destinan una cantidad
importante para el gasto en energía eléctrica y gasolina. En estos dos
aspectos, las entidades públicas responsables, CFE y PEMEX, se han visto
imposibilitadas para brindar mayores beneficios a la población, traducidos éstos
en tarifas y combustibles más baratos y accesibles.
Dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos
de la Federación (PPEF) para el ejercicio 2022, ambas paraestatales (CFE y
PEMEX) absorberán el 53.6% de la inversión pública proyectada, lo que significa
que en conjunto se les destinarán $497,749.0 millones de pesos; es decir, como
parte de gasto programable, PEMEX recibirá $429,676.0 millones de pesos (17.5%
más que en 2021); mientras que CFE recibirá $68,073.0 millones de pesos (24.9%
más que en 2021).
En todo momento, estos presupuestos deben
traducirse en beneficios directos para la población; PEMEX, debe centrar sus
objetivos en lograr la soberanía en hidrocarburos y ofrecer gasolina a precios
totalmente accesibles que impulsen la actividad productiva y apoyen la economía
familiar; por otra parte, CFE debe ser la empresa de clase mundial que profesa,
pero con verdaderas tarifas justas y no con arbitrariedades que laceran en
demasía la economía de las familias, en especial, las más desprotegidas y que
viven en condición de vulnerabilidad.
Veracruz, con base en sus recursos disponibles
y la calidad de su mano de obra, históricamente contribuye destacadamente en el
desarrollo nacional, lo que la ubica como una de las economías más productivas
del país. Sin embargo, esta condición no se ha traducido en beneficios directos
para los hogares, ya que contamos con los precios de los combustibles y las
tarifas eléctricas más caras, muy a pesar de contar con reservas petroleras y
ser generadores de electricidad.
¿Qué se espera de ambas entidades en 2022?,
que Pemex de verdad oriente sus acciones para incrementar la producción de
petróleo y gas; además de la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas,
lo que le permita alcanzar una política energética soberana y de seguridad en
beneficio del desarrollo nacional. Por su parte, CFE debe ofrecer estímulos a
los Estados productores de energía como lo es Veracruz, tal como aplicó la
condonación de deudas a más de 607 mil usuarios morosos del estado de Tabasco a
inicios de año, a quienes les condonó adeudos de hace 26 años, por un importe
superior a los 11 mil millones de pesos.
Ante esta realidad, es urgente que CFE y
PEMEX se transformen como Entidades públicas que ofrezcan beneficios directos a
las familias mexicanas, lo cual les permita desarrollarse y detonarse
socialmente; de esta forma, el Estado Mexicano, y en especial, la presente
administración federal morenista, podrá alcanzar el verdadero Estado de
Bienestar que aspira para las y los mexicanos.