XALAPA DE LAS ALTURAS
Por Uriel Flores Aguayo
XALAPA DE LAS ALTURAS
Nuestra
entrañable ciudad tiene rasgos singulares que le dan una fuerte personalidad
propia. Tiene identidad específica y estilo. Es evidente el ser xalapeño más
allá del tono de voz, colores de piel, estaturas y costumbres típicas. Somos de
tal o cual manera por historia, cultura y medio ambiente. Quienes nacimos aquí
nos hacemos plenamente xalapeños, con facilidad, y continuamos con los rasgos
fundamentales de nuestra forma de ser. Quienes han llegado a vivir aquí se auto
bautizan como xalapeños integralmente por convicción y adquieren rápidamente la
identidad de nuestra comunidad. Unos y otros, integrados, formamos la sociedad
xalapeña. Somos la esencia de la ciudad, de la mano de la historia y la
vitalidad colectiva, sobre todo estudiantil.
Los
poco más de mil cuatrocientos metros de altura sobre el nivel del mar en que se
encuentra el municipio crea un clima templado que condiciona forma de vida y
actividades. Hace común tomar café en casa y en lugares especiales. Da forma a
una arquitectura de acuerdo a ese clima con acento mexicano. Somos ciudad de
alturas, de cerros, subidas y bajadas, escalinatas y panorámicas de película.
La ciudad es verde, de árboles y flores plantados en todas partes, de parques,
camellones y reservas; tiene flora propia y exclusiva. Sus áreas verdes son una
de las particularidades mayores que la distinguen; su promedio de verde por
habitante es de las máximas en comparación nacional; sus parques son referente
estatal y nacional. Esas zonas en forma de pulmón urbano y de recreación social
están, incluso, en el centro histórico. La ciudad es sinónimo de cultura: sede
de la mayor universidad pública, la UV, el segundo museo de antropología del
país, sala moderna y exclusiva para su orquesta sinfónica, otros museos,
bibliotecas, librerías, galerías, foros de teatro, etc.; no es casual que se le
denomine la Atenas Veracruzana.
Somos
un municipio Guadalupano. Al menos unas doscientas esculturas de la Virgen de
Guadalupe están colocadas con nichos en las calles xalapeñas, muchas con
detalles de lujo y sin que sean bandalizadas. Además, saltan a la vista cientos
de cuadros con la imagen Guadalupana en las fachadas de las casas. Es tan
predominantemente la presencia de la virgen que puedo decir que XALAPA es
Guadalupano. Hay una presencia menor de otros santos, como San Judas Tadeo, y
en forma marginal, 3 esculturas, de la muerte.
La
cultura nos alivia en medio del caos vehicular que trajo un tipo de modernidad
y los intereses económicos de políticos sin visión y sin escrúpulos. Somos
portadores de un buen nivel civilizatorio y contamos con un aceptable capital
social positivo. Hay elevada vida pública, libertad electoral, pluralidad
ideología y presencia respetada de minorías. Nos han hecho mucho daño los
políticos de paso y los grupos de presión, ambos depredadores. No somos
fanáticos religiosos, pero practicamos un profundo nivel de religiosidad; hay
varias denominaciones religiosas que se despliegan en un ambiente de absoluta
tolerancia.
XALAPA,
es más de lo que cree el observador rutinario o descuidado. Deslumbra a sus
visitantes y eleva el orgullo de sus habitantes. Pero debe ser mejor, no
estancarse, aspirar a más. En lo que la asumen las nuevas generaciones se
necesita fortalecerla en todo. Darle mantenimiento, innovar y hacerla girar en
torno al conocimiento. Con buenos gobiernos, pero, sobre todo, con una sólida
sociedad civil, será una buena casa común.
Recadito: autonomía y
transparencia son los ejes fundamentales para contar con un útil Ayuntamiento
xalapeño.