DestacadoPedro Peñaloza

¿Y después del 9 de marzo?

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“Que nada nos defina. Que nada nos sujete.

Que sea la libertad nuestra sustancia”.

Simone de Beauvoir

 

  1. Ruptura. El próximo lunes pararán las mujeres. Se prevé una acción profundamente simbólica e inédita. Las expresiones locales y sectoriales de protesta contra las violencias de género crecieron y se expandieron. Lo mítines y marchas, de distintos tamaños, en todo el país, configuraron una nueva y visible geografía nacional que exhibió las notables deficiencias y negligencias de todas las autoridades gubernamentales. De ninguna manera pueden concebirse éstas movilizaciones como reacciones espontaneistas, lejos de ello, estamos en presencia de una nueva oleada de reclamos provenientes del subsuelo de un volcán de impunidades que estalló y difuminó la lava de la rebeldía feminista.

  1. Torpezas. La enorme incapacidad de las fuerzas oficiales y oficialistas para saber lo que está pasando y cómo prevenirlo, nos ha llevado a un escenario de confrontación donde las posibilidades de diálogos y entendimientos es casi imposible. Y no podía ser de otra manera, los agravios acumulados y las muertes sucesivas de mujeres y niñas se han dado en un contexto de impunidades, ignorancia y complicidades. Es más, desde la cúpula del poder político en México, López Obrador, pretendió atajar y minusvalorar el paro del lunes 9. Su discurso fue primario y discriminatorio al atribuirle “manos derechistas y conservadoras” a una acción impulsada y promovida por los diversos feminismos que hoy confluyen en éste acto. Lo grave y cuestionable, más allá de las visiones sectarias y primitivas, es, que, ni el gobierno federal ni otros poderes han planteado respuestas de carácter estructural y sistémico. Más bien, están pasmados y se han contentado en dar pequeñas respuestas improvisadas y coyunturales.

 

  1. ¿Qué sigue? Por supuesto, el acto del 9 será un punto de inflexión para dimensionar de otra manera las protestas de las mujeres. Claro está que vivimos tiempos de rebeldía, pero no perdamos de vista que los movimientos tienen altas y bajas, no pueden permanecer a la alza en todo momento, que hay reflujos y que es necesario saber leer con precisión las coyunturas y aprovecharlas a favor de las causas que se enarbolan. Por ello, entendiendo que el machismo y las violencias contra las mujeres provienen de una profunda y arraigada cultura patriarcal, es necesario plantear alternativas de distinta naturaleza que permitan deconstruir la vida cotidiana y dura de las mujeres, que, evidentemente, seguirá después del paro. Lograr concientizar a miles de mujeres que son agredidas en su casa, en la escuela, en el trabajo y en la calle, ese es el titánico desafío que tiene el movimiento.

 

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

 

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