10 de mayo
Por Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. En esta ocasión, no podía dejar de recordar el 10 de mayo, pues es una fecha especial para todas las familias y es importante mantenerla ahora en tiempos de incertidumbre.
Quienes tenemos el privilegio de ser madres, sabemos que ésta nunca es una tarea sencilla, y ahora en los tiempos del coronavirus, se añaden otras tareas al del cuidado de nuestros hijos, de la familia y de las tareas de casa, como el ser maestras y realizar nuestras actividades de trabajo. Por ello, es justo reconocer la respetable labor de las mamás.
No hay duda que, en el hogar, las madres hemos desempeñado y seguiremos jugando el papel más importante para fortalecer a toda la familia, criar a los hijos en rectitud y educarlos. De hecho, con nuestras madres, vivimos nuestra primera infancia, con quienes aprendimos nuestros primeros conceptos, nuestras creencias, actitudes y juicios morales.
En nuestra época se nos ha impuesto una gran presión. Muchas nos vemos en la necesidad de trabajar a fin de contribuir en el sustento de nuestras familias. Y esta necesidad ya ha quedado lejos de la liberación femenina que en otros años fue controvertida. Ahora ya no es una opción el trabajar y crecer profesionalmente, sino algo indispensable para la economía familiar.
Además, enfrentamos grandes males como la desintegración de la familia y la pérdida de los valores morales, que hicieron hogares fuertes en el pasado. Pero debemos adaptarnos y por ello, también las relaciones familiares, en el que cada integrante colabore en la construcción del hogar. Así como es importante rescatar lo perdido, también debemos reinterpretar el papel que todos los integrantes de una familia tenemos, para buscar su fortalecimiento.
Por otra parte, el día de las madres debe revalorarse para no reducirse al materialismo y consumismo ni mucho menos a algo que sólo se tenga en cuenta una vez al año. Claro que es importante para nosotras el que se nos haga pasar un gran día, pero no por ello se nos olvide el resto del año. Un día para celebrarlo es poco, comparado con la grandeza de la maternidad.
Este 10 de mayo será distinto. Dejaremos de ir a lugares que estábamos acostumbrados a visitar. Ya no se harán reuniones familiares grandes, pues hoy más que nunca debemos cuidar de nuestras familias. Es momento de regalar amor.
Muchas felicidades a todas las madres en su día. También a quienes por alguna razón han ocupado ese papel. Pues el ser madre no sólo se reduce a la tarea de crear vida, sino también al rol de hacer crecer a los demás.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.