100 años de ministerio
Rafael Rojas Colorado
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Este 30 de noviembre la parroquia Nuestro Señor de El Calvario festeja a su segundo patrón, San Andrés Apóstol. La fiesta está unida a la memoria por cien años de su bendición e inicio del culto sagrado.
El sustancial acontecimiento une en un instante el pasado con el presente, asomando la inevitable evocación. El presente suceso conlleva a develar dos placas conmemorativas. La primera indica la bendición del templo con fecha 1º. de octubre de 1913 al 1º. de octubre de 2013. La segunda recuerda al Pbro. Juan Pablo Cuevas Estévez, quien en ese entonces cumplía su apostolado en el poblado de Las Minas y fue invitado para participar en el sermón de la primera misa que se ofició en este templo, el cual, en medio de las circunstancias revolucionarias, empezaba a celebrar la eucaristía (alimento necesario para el alma creyente de lo divino). Por la tarde se rezó el santo rosario y el padre Juan Pablo Cuevas nuevamente persuadió con la fuerza de la palabra apoyada en las sagradas escrituras a los presentes.
El Pbro. Juan P. Cuevas poseía el atributo de la elocuencia, dominaba la oratoria, además de ser poeta y escritor. Alguno de sus textos lo tituló “INGENUAS”. Falleció en Las Minas el 17 de julio de 1916. Sus restos fueron trasladados al santuario de El Calvario, ubicado en este pueblo, el 6 de octubre de 1946, para su reposo eterno.
El templo Nuestro Señor de El Calvario comenzó su historia en el viejo barrio de San Andrés, en el lejano año de 1834, por la inspiración de personas altruistas como don Simón Córdoba, Antonio Matías Rebolledo y don Juan José Peredo. El cura Antonio López García hizo la bendición de la primera piedra. Esta aventura fue interrumpida en cuatro ocasiones, sobre todo por crisis económicas. Se llevó a cabo la cimentación y se levantaron las paredes, quedando inconclusa la nave y la cúpula.
Por iniciativa del párroco de San Jerónimo, don Ángel Sánchez, entre 1909 y 1911 se reanudaron los trabajos. Cerraron la bóveda y construyeron la cúpula. En este proyecto también participó el vicario de San Jerónimo, José A. Zamora. Naturalmente el pueblo coatepecano colaboraba con entusiasmo.
El 1º. de octubre de 1913, aún con algunos importantes pendientes, el templo abre sus puertas a las celebraciones eucarísticas. La bendición estuvo a cargo de Prudencio Arredondo, en representación del Obispo Joaquín Arcadio Pagaza. El púlpito lo ocupó el joven presbítero coatepecano Juan Pablo Cuevas.
Entre los años 1946 y 1947 la proactividad del padre Adalberto Gómez Delgado, vicario de San Jerónimo y más tarde párroco del Santuario de Guadalupe, posibilita la conclusión de ambas torres y la colocación de las cruces y el altar mayor. El templo se distingue con las huellas de un estilo neogótico cuya belleza embelesa a propios y extraños. La bendición de la Iglesia, aparentemente terminada, se realizó por el Arzobispo Pío López Estrada.
El primer capellán o rector fue le padre Eulalio Cázares hasta el año de 1966. Lo relevó en el cargo el padre y poeta Bernardo Villarreal, desde el 17 de abril de ese mismo año hasta el 29 de noviembre de 1978. A partir del 30 de noviembre se convierte en el primer párroco de la nueva Parroquia Nuestro Señor de el Calvario, erigida a ese grado por don Emilio Abascal. El padre poeta cumplió su misión hasta el 16 de enero de 1986. Una nueva espiritualidad envolvería al recinto sagrado de El Calvario con las celebraciones y profundas reflexiones de las homilías en la personalidad del Pbro. Manuel Jiménez García, quien se responsabilizó del templo del 15 de febrero de 1986 al 30 de septiembre de 1994. Lo relevaría un carismático coatepecano, el presbítero Isaías Piña Montiel, quien cumplió su apostolado en el periodo comprendido entre el 27 de octubre de 1994 y el 2 de marzo de 2004. En el tercer milenio, Cristo acercó a esta tierra a un nuevo pastor, el Pbro. y licenciado Erick Aguilar García, quien desde el 2 de marzo de 2004 se ha responsabilizado de esta parroquia.
El padre Erick Aguilar ha trazado durante nueve años un trabajo pastoral sumamente satisfactorio, ganándose el respeto y reconocimiento de sus superiores y de la comunidad en general. Sin duda sus huellas serán indelebles en su transitorio paso por este pueblo, cumpliendo sus deberes espirituales. Además experimentará la florecida emoción de protagonizar los cien años de servicio pastoral de esta parroquia.
El transcurrir del tiempo arropa 100 años al servicio de la espiritualidad en esta Iglesia y 35 años de que fue erigida en parroquia. Su historia inició en el viejo barrio de San Andrés, ahora calle 5 de mayo esquina con Terán. Aquí se han protagonizado infinidad de acontecimientos que, hilados unos a otros, día con día van tejiendo la sublime historia en la que diversos sacerdotes, a través de la fuerza de la sagrada palabra, guían al pueblo de Dios por el camino de la salvación.
Se invita al pueblo de Coatepec y la región a participar de este histórico acontecimiento. La misa será celebrada a las ocho de la mañana por el Arzobispo Hipólito Reyes Larios, estando presente el párroco Erick Aguilar García, invitados y la comunidad en general.
¡Felicidades por 100 años de servicio!
Agradezco infinitamente al profesor Ernesto Cuevas por la aportación de importantes datos para la elaboración de la presente columna.