La Otra VersiónPLUMAS DE COATEPEC

13 de agosto de 1521

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13 de agosto de 1521

Por René Sánchez García

 

El pasado 13 de agosto se cumplieron 500 años de la caída o del fin del Imperio Mexica, a manos del ejército español que vino solo con la intención de conquistar estas tierras mesoamericanas, dominar por la fuerza de las armas a esta grandiosa cultura ancestral, imponernos de igual manera la religión católica y el idioma castellano, quebrar de tajo los avances culturales, artísticos, astronómicos y de sabiduría de la naturaleza, saquear los preciosos recursos naturales para sostener una corona imperial en decadencia, y esclavizar por un poco más de 300 largos y dolorosos años a hombres y mujeres indígenas. En otras palabras, habernos hecho perder nuestros sueños, la libertad y la patria, pues la verdad ya nada ha sido igual desde entonces, pese a los grandes pasos de la modernidad actual.

El 13 de agosto de 1521 para los pueblos indígenas mesoamericanos no es la llegada del tan esperado nuevo sol cósmico, ni tampoco es el renacimiento o florecimiento de esa nueva era que predijeron sus dioses; es simple y sencillamente la caída de un largo y floreciente imperio en la época del mandato de Cuauhtémoc, “es el fin apocalíptico del imperio mexica, el fin de un mundo y el inicio de otro”. Si bien existió, de acuerdo con los datos escritos, valentía e ímpetu por parte de los últimos defensores de Tenochtitlan, lo cierto es que este sentimiento de derrota en el alma y en el corazón, equivale el haber caído en el vacío del cosmos, algo parecido al fin del mundo, esto es “un regreso al vacío anterior a la creación del mundo”.

Patrick Johansson K, en su artículo “13 de agosto de 1521”, aparecido en el número 169 de la revista mensual arqueología mexicana, correspondiente a los meses de julio/agosto de éste año, menciona: “De acuerdo con los paradigmas epistémicos (relativos a una manera de saber, sentir y de ser) indígenas, ser vencidos sin que esta derrota hubiera sido “programada” (por sus dioses guerreros) representaba un fracaso supremo, ya que ponía en tela de juicio los fundamentos mismos de una manera de pensar y de vivir, y nulificaba una visión del mundo en la que todo lo que acontecía era inmanente a este mundo. El fin apocalíptico del mundo mexica era parte integrante del espacio-tiempo cíclico que lo constituía. Esta derrota sería infligida, no sólo a los mexicas sino a todos los pueblos nativos con la imposición progresiva de otra manera de hablar, de pensar y de ser”.

De verdad vale la pena leer este trabajo de investigación filosófica para entender por qué somos tan difíciles de entender los y las mexican@s de hoy en día.