AL RECUERDO DE DON RAFAEL MONGE
ARS SCRIBENDI
Rafael Rojas Colorado
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx
La unidad deportiva “Roberto Amorós Guiot” sigue siendo un espacio agradable para la práctica deportiva, y por supuesto la reflexión. Su entorno está reverdecido de pasto, flores y pinos que liberan una sensación de armonía, relajamiento y paz espiritual. El viento también forma parte de esta sinfonía que se mece a lo largo y ancho de las instalaciones que conforman el edén deportivo.
A este escenario natural embellecido por la mano del hombre, le dedicó muchos años de su vida el señor Rafael Monge Aldama, avalado por un patronato que en todo momento lo apoyó en sus decisiones y, por supuesto, un eficiente equipo de trabajo, juntos aportaron el esfuerzo, tiempo, pero, sobre todo, amor al trabajo y la paciente dedicación para mantener en óptimas condiciones a la Unidad Deportiva, en la que esculpen su preparación física los deportistas de la región.
Lamentablemente la vida del ser humano es finita y esa fue la causa de que don Rafael Monge Aldama dejara de existir el 18 de marzo de 2017. Sus huellas son indelebles en este espacio deportivo, que con un halo de tristeza las acunará en la eternidad del tiempo. Aquí consagró su existir y solo cuando se ama aquello por lo que se lucha en el diario vivir, se pude transcender después de la muerte, para vivir en el recuerdo de quienes lo conocieron y estimaron brindándole sincera amistad.
A un año de su deceso la memoria de don Rafael Monge Aldama permanece viva en la evocación, vasta admirar el entorno de este santuario dedicado al deporte para que la imagen de don Rafa se haga presente en el alma del deportista. Ahora sus sucesores, fieles a ese inevitable recuerdo, continúan embelleciendo el legado de don Rafael Monge Aldama.
A don Rafael, siempre se le recordará en este espacio en el que ahondo la fuerza de su espíritu, para ofrecer a la comunidad deportiva instalaciones dignas en las que eleven sus sueños para conquistar sus propósitos y anhelos alusivos al deporte.
La presencia del señor Rafael Monge Aldama, anidara por siempre en este lugar, porque el tiempo es impotente para perderla en el pasado.
