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Por Pedro Peñaloza

“Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá”.

Harold MacMillan

 

  1. Los dogmas se mantienen.  El clásico lenguaje tecnocrático continúa, sus mandamientos y métodos siguen habitando las oficinas de Hacienda, no obstante, el decreto presidencial que “abolió” al Neoliberalismo. Por eso, el joven imberbe responsable de las finanzas públicas, Arturo Herrera, enfatizó, con un lenguaje encriptado y rebuscado, frente a los diputados, lo siguiente: “el paquete económico para 2020 busca generar estabilidad macroeconómica y certidumbre financiera; con variables como el tipo de cambio y el precio por barril de petróleo que son realistas y están más bien del lado conservador” (La Jornada, 9/9/19, p. 4); es más, Herrera, en una típica cantinfleada, bañada de demagogia, se atrevió a decir, que, “el presupuesto no es populista ni neoliberal. Es para todos los mexicanos y pone énfasis en atender temas de bienestar” (El Universal, 10/9/19, p.1). Lo que no dice el secretario emergente es que, “en realidad, de los 6.1 billones que se plantean obtener del presupuesto 2020, el gobierno federal sólo tendrá margen de maniobra de 1.1 millones (18%), pues el resto está etiquetado en compromisos y gastos obligatorios” (El Universal, 10/9/19, p. A29).
  2. Premiados y castigados.  La distribución del presupuesto para el próximo año estimula a Salud, Seguridad Pública y Energía. Llaman la atención los dineros que se destinarán a la represión, a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, 59 mil 150 millones, de los cuáles 3 mil 842 millones serán para la Guardia Nacional. Incrementan su presupuesto Defensa, Marina y Fiscalía General. La Secretaría de Salud tendrá un incremento de 4 mil 322.4 millones más que este año. Asimismo, Energía tendrá un aumento de 21 mil 277 millones. Bienestar le darán una suma extra de 22 mil 485 millones. En contraste, la Secretaría de Gobernación pasa de 60 mil 783 millones en 2019 a sólo ¡5 mil 804 millones! Organizativamente la desmantelaron y políticamente es un cero a la izquierda. Es la defunción de la dependencia que debería ser el eje de la gobernabilidad.

Epilogo. En fin, el gobierno únicamente realizará una operación de carácter endógeno, orientado a convertir el SAT en una policía fiscal que centre su persecución en los contribuyentes cautivos y en los “factureros”. Tengamos presente que hacienda sólo capta el equivalente al 13% del PIB.

No hay duda, AMLO mantendrá la fiesta en paz con los dueños del dinero del último decil, en tanto, seguirá repartiendo aspirinas sociales, que básicamente significan una inversión electoral que en nada modifica el carácter estructural y endémico de la desigualdad social y la pobreza.

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