CULTIVO DE CAFÉ
CULTIVO DE CAFÉ
Conversando
con el señor Félix Hernández Silva, logré penetrar en su amplio conocimiento
acerca del café: “Hace más de 200 años se sembraron los primeros cafetales en
Coatepec. Se dice que el café llegó a esta tierra en el año de 1808, procedente
de Cuba, se expandió por la región de Tecozolco, Teocelo, San Marcos y
Zimpizahua. El campesino aprendía a preparar la tierra para el cultivo del
café.
El primer paso decidir que especie se va a
sembrar de las dos que se comercializan en el mundo, Arábiga o Robusta, de
plantel o se hace un vivero. Si se decide de plantel ¿qué especie y variedad?
Puede ser robusta o arábiga, o en su defecto, arábiga injertada a base de robusta.
Son muchas las variedades: Typica (arábiga), Mundo Novo; Catouin, Caturra,
Bourbon, Maragogypi; Garnica, Oro Azteca, Catimores, Colombia, Gheisa, se dice
que existen cerca de 100 variedades de la planta arábiga, las que se mencionan
son las más comunes.
Si se decidió por un plantel,
verificar la variedad que contenga tres cruces para trasplantarla al hoyo que
se elaboró, se retira la bolsa de plástico y se rellena el hoyo con buena
tierra, se nivela y apisona adecuadamente. Es de suma importancia que la
siembra se realice en el mes de junio, pues las lluvias son abundantes. Si se
opta por un vivero, se deben de escoger los mejores frutos de media cosecha,
maduros y escogidos de las mejores ramas intermedias y
plantas del cafetal, lleva un proceso de despulpado a mano, secado bajo techo
libre de mucílago y el 12.5% de humedad relativa. Los granos deben ser
planchuelas, hay quienes optan sembrar 2 semillas por bolsa, otros prefieren el
almacigo y después trasplantar la pesetilla a la bolsa vigilando la raíz libre
de torcedura. Una vez plantada la Mata de café en hoyo, esperar su desarrollo con
los cuidados adecuados, retirando la maleza, abonar, sombra de árboles,
deshijar, esperar 3 años para que se inicie la producción escasa. La máxima
producción se obtiene entre 5 y 7 años. Todo el arábigo requiere sombra, a
pleno sol se colorea pero no se madura.
El
cortador o recolector de café, llega al rancho de la finca con su lona o costal
a pesar el producto del día. En ese momento el café inicia un viaje
maravilloso. Primero llegan a un beneficio húmedo de café, pesan en una báscula
a granel el fruto cereza, después lo depositan en una tolva conectada a una
despulpadora de disco para separar la cáscara, por un lado, sale el café con
baba, por otro la cascarilla o pulpa. El café en baba se traslada a tanques de
fermentación, allí permanece entre 24 y 36 horas, se vigila minuciosamente. En
ese momento se realiza una prueba, con la mano se oprime un poco de café en
baba, si ya no expulsa nada, el café se lava y sale a la planilla para su
secado, o se introduce a una secadora para pasar a pergamino.
Para saber que el café pergamino
llegó a su punto para almacenarlo –estibarlo sobre tarimas y alejado de la
pared– existen don formas, la primera es manual, se va verificando el color del
grano morteado, este debe de ser color olivo uniforme. Para medir la humedad
relativa al grano se le introduce el diente y debe de estar resistente, si está
blando, es señal de que debe de perder más humedad. Al aumentar el secado
mejorará su aspecto y será más uniforme su color. Actualmente, existen los
humedímetros (medidores de humedad). En el grano morteado el 12.5% de humedad
relativa es idóneo. Comparado el rango de humedad, se pasa a la etapa del
beneficio en seco; el cual contempla el morteado clasificado por tamaños y
separación de daños: conchas, quebrados, manchados, caracolillo, planchuela,
grandes, extragrandes. Estos pasos se realizan cuando el café se selecciona con
calidad y normas de exportación. La mayoría de los cafés que se consumen, va de
morteado a tostado. En el tostado se manejan tres rangos de tueste: claro,
mediano y alto. Los cafés que se producen en la región de Coatepec, se siembran
entre 750 y 1250 metros sobre nivel del mar, estos parámetros garantizan su
calidad. Los cafés de mayor calidad se miden por su acidez en la taza, el café
con un tostado alto disminuye su acidez y se convierte en un café fuerte.
En la actualidad, El Consejo
Regional del Café, intenta resolver los problemas que involucran al grano,
porque la Asociación Agrícola Local (AAL), que inició actividades a principios
del siglo XX, se debilitó, sobreviviendo hasta el año 2002, fue entonces que
comenzó su decadencia.
En el año 2002 al 2006, el señor
Félix Hernández Silva, fue presidente de un grupo de productores de café:
“PROCAFÉ”. En su gestión logró cinco beneficios de café en esta región: La
Reforma de Cosautlán; Emiliano Zapata; Rincón de Poxtla; Rincón Toningo del
municipio de Tlaltetela; Espinal de Naolinco; Pacho Viejo, para este último
consiguió equipo de proceso –todas las despulpadoras ecológicas marca PENAGOS,
que logran ahorrar 2:800 litros por quintal despulpado. Todos estos beneficios
con obra civil y área de secado en zarandas con asoleaderos de lámina de
policarbonato, adquiriendo dichos terrenos, fue muy satisfactorio para don
Félix Hernández Silva. Los principales atributos de un buen café son: aroma,
sabor, cuerpo, acidez, amargor, color, textura.
Los campesinos y cafetaleros que llegan
a conocer palmo a palmo las fincas y respiran esa humedad hasta el último
alveolo de los pulmones, saben observar detenidamente el ciclo de vida de cada
mata de café, saben cuándo finaliza y todavía pueden prolongar su utilidad,
perdurando mucho más allá de su muerte. El talento del artesano le da forma a
un sinfín de figurillas artesanales a través de su imaginación. Saludos Félix.
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx