DestacadoUna Coatepecana en Serbia.

El regreso

Comparte

Malvina Gralop

Volteo, veo la casa que te dio el mejor año de tu vida, una infinidad de aventuras, amigos, familia, lenguaje, triunfos y felicidad. Cierro los ojos, volteo despacio nuevamente, la vista fija en el camino que conduce al aeropuerto, voy de regreso. En un instante por mi mente pasa todo lo que dejaste en tu país, México, tu casa, tus amigos, y familia.

La  cabeza se te llena de recuerdos, siento un  calor en el corazón que inunda mi cuerpo, mis latidos apresurados no distinguen las sensaciones. Confusión ambigua es tristeza por dejar lo que me ha hecho feliz, conquistas y logros personales llenos  de amistad. Justamente el poder de la amistad y valor de salir para ser yo, me tranquilizo.

Definitivamente es el mejor año y sé que no lo olvidare. Estaré en contacto con esas personas maravillosas que hicieron genial doce meses,   y al mismo tiempo pienso que ya veré a mi mamá, a  papá, hermana, primos, toda esa gente que te estuvo pensando día a día, quienes me apoyan y que morían por verme y es ahí cuando… comienza una nueva historia.

Llegue al aeropuerto de México, y jamás pensé sentirme más feliz que nunca de estar en casa, vi a mi madre llorando de felicidad y a mis primas sosteniendo una pancarta que decía: “Bienvenida a México. Te queremos Malvi”. Todos estaban muy emocionados, celebramos la primera noche con una buena ración de tacos, platicamos de las muchas experiencias. Las bienvenidas no se quedaron ahí, al día siguiente vi a la familia de mi padre, comimos y platicamos muchísimo. El lunes llegando mis amigos se organizaron y me hicieron una fiesta sorpresa, nos reímos mucho, hablamos sobre mis aventuras, comimos, bailamos y más.

Jamás imagine que el llegar a casa seria lo mas cálido y hermoso que me hubiera pasado, porque muchos piensan que el regreso será muy difícil o que tal vez te sientas deprimida, que extrañes tus amigos y familia  del otro país, pero en realidad tú decides como sentirte, tú decides como será tu reacción al regresar a casa, tú decides estar triste o feliz, y yo decidí, jamás olvidar Serbia, pero disfrutar mi presente en México. Mi familia de Serbia y amigos aún siguen en contacto conmigo, nos mandamos mensajes cada vez que tienen tiempo libre al igual que mis amigos, sabemos que muy pronto nos veremos o que tal vez el destino nos vuelva a juntar. Mi familia y amigos mexicanos siguen disfrutando como siempre de mi compañía y yo los disfruto a ellos.

Ahora para terminar el año tengo nuevas metas que cumplir, y así debe de ser, porque debemos continuar, no todo es viajar, conocer nueva gente, aprender otro idioma, debo prepararme y así después volver a viajar a Europa y ver a todas esas personas que me esperan por allá.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *