LAS CONSECUENCIAS DEL OLVIDO
Peñaloza Deportivo
¡Es tan corto el amor y tan largo el olvido!
Pablo Neruda
Y LA samba paró. La derrota escandalosa que sufrió la selección brasileña en la semifinal es el castigo por dejar a un lado sus bases y querer desempeñar un futbol en donde predominó el choque, las faltas, el juego aéreo y los largos lanzamientos. El «jogo bonito», que están ya más que comprobados sus resultados con cinco campeonatos del mundo, y que tuvo su esplendor en el Mundial de México 70 liderado por Pelé, Jairzinho, Gerson, Tostao y Rivelino, se ha olvidado por completo.
Ahora bien, desde un principio el gobierno brasileño marcó el Mundial como «la Copa de Copas», en donde demostrarían sus avances en materia económica y social alcanzada en los últimos años. Los gastos fueron descomunales, presupuestando para la construcción de los estadios más de lo empleado en Alemania y Sudáfrica juntos. Ahora, con señales de corrupción en las sedes, obras de infraestructura inconclusas o ni empezadas, la economía estancada y las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, la obtención del campeonato del mundo se hacía más que necesaria para cubrir todos los déficits.
Con el país dividido, por las manifestaciones de los estudiantes universitarios y una clase media cada vez más grande que pedía mejores servicios de salud, educación y transporte, el entrenador Luiz Felipe Escolari se autoproclamó salvador del pueblo brasileño, usando a la selección como pegamento social y así parar las protestas callejeras. Esto ocasionaría que la unidad del pueblo caería en los hombros de los jóvenes jugadores de la canarinha, la presión que tenían estos muchachos en cada partido era evidente, si no, recordemos el llanto del portero Julio César antes de iniciar los penales contra la escuadra chilena. El título sería la gloria; la derrota, el infierno.
El daño mental y anímico que causó Felipão a sus futbolistas es muy grande. No olvidemos que el pueblo brasileño hasta el día de hoy sigue rememorando la derrota sufrida en la final ante Uruguay en el Maracaná ¡hace 64 años! Barbosa, el portero que defendió la meta ese día, estuvo marcado toda su vida por aquel acontecimiento, nunca se pudo recuperar.
Por otro lado, la eliminación del «Scratch du Oro» pone de manifiesto la crisis que vive el futbol brasileño. La utilización de un esquema táctico como el presentado en este Mundial, generó muchas dudas desde el comienzo. Nunca un representativo brasilero había mostrado tanta escasez de juego. En este Mundial, se pusieron todas las cartas sobre Neymar, pero su magia no alcanzó. Al ex jugador del Santos se le vio aislado en la construcción ofensiva, ya que Oscar desapareció en el campeonato, Hulk únicamente buscaba la individual y Fred era una nulidad. Fue la fortaleza defensiva de Thiago Silva y David Luiz lo que llevó a Brasil hasta la semifinal, sí, dos defensas eran ahora las estrellas del equipo. Atrás habían quedado los Ronaldo, los Ronaldinho, los Rivaldo, los Zico, los Branco, etc. Felipão había borrado el mejor futbol.
La herida es muy grande, los siete goles alemanes en casa serán un recordatorio de que Brasil nunca debió abandonar el «jogo bonito». Asimismo, esta derrota provocará un sismo en la Federación Brasileña, famosa por su corrupción y el enquistamiento de sus directivos.
Se pusieron todas las esperanzas en la obtención del campeonato, enajenaron a la mayoría de los brasileños y ahora las consecuencias las veremos pronto. Tal vez el futbol sea la menos importante de las cosas que importan en la vida, parafraseando a Valdano, pero sus repercusiones sociales son enormes, y en Brasil se acrecientan. Veremos.
Algo Más.- De los dos equipos que llegan a la final, Alemania luce favorito. Los teutones llevan 14 años planeando este campeonato. Con la eliminación de la Euro del 2000 se plantearon un programa nacional, el cual formaba un fondo común entre todos los equipos de la Bundesliga para el desarrollo y formación de jóvenes y niños (El País, 10/julio/14). Los jugadores que están hoy son consecuencia de la planificación germana. Ellos aprendieron de la derrota.
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