Pedro Peñaloza

Entre Keynes y el FMI

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Pedro Peñaloza

 

¿Cómo sentir el orden establecido como algo propio cuando han borrado todas mis huellas?

¿Por qué deberíamos sentir orgullo del país y de su desarrollo, cuando no somos parte de la historia?

Norbert Lechner

 

  1. La ignorancia matutina.No se sabe a ciencia cierta lo que AMLO pretende cuando desdice al ahora secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y lo obliga a realizar una conferencia de prensa para exponer que “no hay recesión”, sino “desaceleración importante en algunos sectores”, tras el pírrico y marginal crecimiento de 0.1% en el segundo trimestre de este año, de acuerdo con el INEGI (Sol de México, 31/07/19). Habría que precisar, para evitar jolgorios, que, comparando el crecimiento semestral del PIB (como variación porcentual real) encontramos que: en el primer semestre de 2016, fue de 2.6; en el 2017, de 3.2; y en el 2018, la cifra llegó a 1.9. En los primero seis meses de AMLO, el propio INEGI estima un mediocre crecimiento, de 0.3% (Julio Santaella, 31/07/2019, https://twitter.com/SantaellaJulio). ¿Qué festeja el inquilino (que no paga renta) de Palacio Nacional?
  2. La crisis como queso gruyer.Es imposible ocultar la desaceleración de la economía. Veamos: “La recesión del sector industrial es una realidad innegable que requiere una política económica diferente. No únicamente se observan ocho meses consecutivos de caídas a tasa anual, además es evidente que la fuerza de la contracción aumenta”, como lo menciona José Luis Cruz, Director General del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (El Financiero, 16/07/19, p.4). De igual manera, “la producción industrial en mayo registró una caída anual de 3.14%, la más severa en 10 años desde octubre de 2009, según los registros del INEGI” (El Financiero, 16/07/19, p.4).

Por si fuera poco, la actividad de las empresas constructoras registró en mayo su mayor caída desde que hay registros disponibles, a partir de 2006, y, además, acumuló 11 meses consecutivos con resultados negativos, ante el desplome de las obras realizadas por el sector público. Tengamos presente, que la construcción del sector público en edificación cayó 29.5%, principalmente en escuelas, con una baja de 43% (El Financiero, 24/07/19, p.4).

Frente a este panorama, el joven imberbe Arturo Herrera, anuncia una acción desesperada de típico corte keynesiano para estimular la demanda y dinamizar la oferta, invertir 450 mil millones adicionales de inversión pública (El Sol de México, 29/07/19). Y, ojo, al mismo tiempo el gobierno mantiene los privilegios de los segmentos más ricos. ¿Qué tipo de política económica sustenta el actual gobierno? Quizá lo podríamos titular keynesianismo-neoliberal. Sí, la contradicción lo define.

El FMI feliz, no tiene que pedir perdón.

pedropenaloza@yahoo.com/    Twitter:@pedro_penaloz

 

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