Eva Luna
Eva Luna
René
Sánchez García
Suelen comentar los críticos
literarios que para entender a fondo Los cuentos de Eva Luna, de la
escritora chilena Isabel Allende (Lima, Perú, 1942), debe primero leerse la
novela que dicha autora publicó en el año de 1982, que lleva por nombre Eva Luna, que constituye una interesante
narración en donde se citan lugares y personajes claves, que vuelven a aparecer
nuevamente en sus posteriores cuentos publicados en 1990, bajo el sello
editorial Diana en México.
Hasta donde se sabe Eva Luna
fue, además de hija de la selva y la pobreza, una niña analfabeta y huérfana,
descendiente de los Hijos de la Luna, una tribu indígena, probablemente de
Perú, Bolivia o Chile, lugares donde la escritora Isabel Allende habitó por su
trabajo de estudiante, periodista o funcionaria de la FAO en sus años
iniciales. Lo cierto es que esa niña, aparte de sus quehaceres rurales, tenía
la habilidad de contar historias feministas, que posteriormente Isabel Allende
le dio ese toque de realismo mágico.
Se trata de 23 relatos o historias
de personajes femeninos en situaciones amorosas trágicas, mezcladas con
situaciones un tanto picarescas. Situaciones mismas que van “de la brutalidad a
la sensibilidad, de la rudeza al cariño, de la fantasía a la realidad”. Aquí en
estos cuentos “las mujeres se convierten en las principales protagonistas que
nos muestran la otra cara de la mágica realidad latinoamericana”. Los temas
centrales de dichos cuentos son: hombres o mujeres enamorados, amantes,
venganzas, solidaridad, ternura, maldad, odio, vida e ilusiones.
Los nombres de los cuentos
llaman mucho la atención del futuro lector: “Dos palabras”, “Niña perversa”,
Boca de sapo”, “Regalo para una novia”, “Tosca”, “Walimai”, “María, la boba”,
“La mujer del juez”, “El huésped de la maestra”, “Una venganza”, “De barro
estamos hechos”, entre otros. Por ello se dice que “Los cuentos de Eva Luna
invaden la vigilia con sus combinaciones mágicas, sus nombres hechizados, su
tranquilo discurrir en una zona exuberante atestiguada siempre por la precisión
de las palabras. Como la princesa Scheherezade de Las mil y una noche, la narradora reina en un dominio donde la
imaginación y el talento narrativo se complementan maravillosamente”.
Los invito a leer esta obra
extraordinaria enmarcada dentro del boom del realismo mágico de nuestra
literatura hispanoamericana contemporánea. Los cuentos están escritos en un
lenguaje sencillo, claro y en un plano contenido feminista, que nos
transportará a la maravillosa vida natural indígena a la llegada de los
españoles a estas tierras vírgenes.
sagare32@outlook.com