La Incongruencia Rayada
Por: Pedro Peñaloza
La construcción de proyectos en los equipos de futbol de la liga mexicana es escasa o casi inexistente, por lo tanto, los directores técnicos que sobreviven a un campeonato corto pueden sentirse parte de una minoría afortunada. La ideología cortoplacista que reina en las mentes de los directivos en vez de favorecer, entorpecen el desarrollo de los equipos, perdiendo identidad tanto el mismo club como los jugadores que lo integran.
Es cierto que los resultados en cualquier deporte influyen en la permanencia tanto de jugadores como de entrenadores; las victorias y campeonatos son necesarios. Sin embargo, la cantidad de cuerpos técnicos que son sustituidos en el campeonato azteca por acumular un par de derrotas en un torneo corto, no tiene comparación con ninguna otra liga o deporte a nivel profesional.
Tampoco debe sorprendernos los intereses económicos en nuestra liga. La necesidad de resultados a corto plazo que necesitan las televisoras para obtener un mayor rating, y así vender mejor su producto se vuelve la “prioridad” en los clubes mexicanos. Las ganancias a inmediatas son el alimento de los neófitos directivos. En la mente de estos personajes solo habita el dinero fácil.
Para muestra basta un botón: Se ha despedido a Víctor Manuel Vucetich, el entrenador con más años en un mismo club. El motivo “contundente” fue, en voz de un directivo y no del presidente del Monterrey Luis Miguel Salvador, “los resultado de los últimos tres torneos han estado por debajo de lo quiere este club”.
En las tres campañas recientes, Vucetich llegó a la liguilla, dejando un subcampeonato, además ligó tres campeonatos de la Concacaf accediendo a tres mundiales de Clubes, sin mencionar los dos títulos de liga en el torneo local. Con todo y estos logros le dieron las gracias por un mal arranque de torneo. Ver para creer.
La Selección sin Vela… ni rumbo
Las actuaciones que ha dado la selección mexicana en los últimos partidos, son muestra de la necesidad de un cambio revulsivo urgente. El más reciente encuentro demostró que existen jugadores que tienen hambre de triunfo, que no han tenido suficientes oportunidades, y que en cualquier momento podrían sustituir a los ya enquistados jugadores de siempre.
Por otro lado, tenemos los casos de Carlos Vela y Guillermo Ocho, jugadores que participan en ligas europeas y han preferido permanecer con su club dejando a un lado las convocatorias a la selección mexicana. Los dos han tenido grandes
participaciones con sus respectivos equipos, actuaciones que les han valido ovaciones diversas.
El rechazo del portero ex americanista a la convocatoria, debido a la poca participación que ha tenido en los encuentros en la era de José Manuel de la Torre, es completamente lógico. Está en todo su derecho de decir no a la selección, si no se siente a gusto o si siente que no ha recibido las mismas oportunidades que Jesús Corona, su competidor en la portería; Pero también de la Torre tendrá todo el derecho de ya no volverlo a convocar.
En el caso de Vela, su negativa a ser incluido en la lista de la selección se remonta a un caso de indisciplina y suspendido seis meses de la escuadra nacional; se sintió el chivo expiatorio, no aguanto el coscorrón. El pretexto ha sido querer concentrar todas sus fuerzas en su equipo; lo cual, también es válido. Sin embargo, ¿Qué pasará si México califica al mundial? ¿Aguantará Vela no ser convocado a la selección en la justa mundialista? o ¿El “Chepo” de la Torre se podrá tragar su orgullo y convocarlo ante la necesidad de delanteros en la selección? Veremos.
Algo Más. Las declaraciones del entrenador Universitario Torres Servin, de ser favoritos ante su encuentro con el América, es digna de una evaluación psiquiátrica o demuestra que es asiduo lector de esos librejos de motivación personal. Pobres Pumas.