La infidelidad en los tiempos del Covid-19
La infidelidad en los tiempos del COVID-19
Por René Sánchez García
Con
esto de la pandemia actual (Covid-19) que está haciendo estragos a nivel
mundial, misma que sólo nos ha traído muchos muertos, enfermos por contagio,
pérdidas de empleos, desesperación en las personas y confinamiento permanente
en nuestros hogares, tiene entre otras consecuencias, el exceso de tiempo libre
que desafortunadamente no hemos sabido ocupar o darle un buen uso para
beneficio nuestro y colectivo. Como la gente no lee ni le gusta escuchar la
radio, prefiere ver la televisión; como en la televisión no hay nada atractivo, utiliza entonces el uso desmedido de la
telefonía celular y el funcionamiento de las tabletas inteligentes, entre otros
medios electrónicos más. Esta es una de las tantas maneras preferidas de matar
el tiempo que a todos nos sobra en éste encierro viral.
Pues
bien, el lunes pasado descubrí dentro del Facebook, un espacio femenino
dedicado especialmente a comentar todo acerca de la infidelidad entre las
parejas (hombre y mujer), esto es, todos esos sentimientos que se generan en
las chicas cuando les ponen el cuerno. En ese espacio conté 236 participaciones
en total, sólo que a partir quizá del comentario número 70, los varones que
encontraron dicho espacio, también empezaron a dar sus opiniones al respecto,
asunto que hizo más emocionante la lectura, pues defendieron la situación de
responsables de las rupturas de noviazgo, de matrimonio o de vivir en pareja “por
un tiempo mientras se llegan a conocer mejor”. Indudablemente fueron las
féminas quienes más participaron y responsabilizaron a “su hombre” de esta
situación de infidelidad, al grado de sentirse engañadas, manipuladas,
agredidas y olvidadas.
Una
gran cantidad de las mujeres coincidió en el hecho de que fueron abandonadas
por su pareja porque “encontraron en la amante lo que supuestamente ya no tenían
en casa”, esto es, un cuerpo más atractivo y joven, así como múltiples
atenciones y placeres. Estas mujeres ofendidas expresan a manera de
justificación que “ellos casi siempre se van con tipas nada bonitas pero si
bien interesadas en el dinero, que los votan a la calle cuando encuentran a
otro mejor”. Otra de las reiteraciones expresadas por las damas es que los
hombres son infieles por naturaleza y siempre están huyendo del compromiso y de
los hijos. Una de ellas menciona: “Casados o juntados es lo mismo, te llenan de
hijos y te ven ya fea, empiezan a llegar
tarde a casa y te dan mil justificaciones, hasta el punto en que un buen
día ya no llegan y se olvidan del compromiso”.
Igual
en los comentarios hay dejos de arrepentimiento personal, una chica dice: “En
ocasiones somos nosotras las culpables y no ellos. Mi ex traía todo a casa y no
lo valoré, extrañaba mi soltería, mi empleo y mi dinero, mi carácter llegó en
ocasiones a ser agresivo y nada amoroso, al año y medio le pedí el divorcio y
terminamos la relación de pareja”. En unas de las conversaciones salió a
relucir el lecho de amor: “Ellos creen
que nosotras sólo estamos para complacerlos a diario en la cama y se olvidan
que una tiene sueños, deseos de progresar y sobresalir en su profesión”. Otra
mujer va más hacia lo moderno, dice: “En estos tiempos es mejor estar soltera y gozar la vida a plenitud, sin nada de
ataduras. Tengo una vida sexual activa y me encantan las emociones fuertes a
lado de señores casados, viudos o divorciados, aunque igual me encantan las
chicas de las escuelas. Obvio, que me cuido”.
La
verdad necesitaría un espacio mayor para dar cabida a muchos comentarios que
son importantes, mismos que ventilaré en una próxima entrega para mis lectores,
sólo deseo cerrar ésta colaboración con lo que mencionó un varón que intervino en esta plática
femenina: “Todo esto es cuestión de valores y principios, en las parejas donde
existe el amor y el respeto nada sucede. Una buena esposa es quien es siempre
una verdadera amiga, compañera, novia, amante y madre. La verdad no cambiaría
nunca a mi mujer”.