El Valor de Nuestra Gente

La moral en el servicio público

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Por: Linda Rubi Martínez Díaz

Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. La pérdida de valores como la integridad y la honestidad ha minado los cimientos básicos de todos los sectores sociales, incluyendo a uno que es clave para preservar la cohesión social: la de los políticos y administradores públicos. La corrupción, la falta de dignidad y la irresponsabilidad para con las necesidades de la población, las cuales se muestran con el tráfico de influencias, el uso inadecuado de los recursos públicos así como el usufructo personal de los programas enfocados a sectores desfavorecidos, son características de una tendencia creciente entre los grupos de poder, lo cual siempre será una preocupación entre quienes tienen el destino de la gente en sus manos. El mayor reto que tenemos por delante no es la desaparición de esta tendencia, pues al fin y al cabo nacemos con libre albedrío, sino denunciarla y tratar de combatirla cuando se manifieste.

            Sin embargo, es importante resaltar que esta tendencia está dejando de ser una regla de comportamiento, por lo que me parece importante el reconocimiento de los resultados del buen gobierno que genera modelos de imitación. En este sentido, así como es necesario señalar los problemas morales de nuestra sociedad, también hay que premiar y reconocer el trabajo de las personas que saben la importancia de servir a los demás, sobre todo para dignificar el trabajo público que hoy en día está demeritado. Esto es necesario para que los servidores públicos en general se contagien de buenas prácticas y actitudes morales, y así recuperar la confianza de la población en su gobierno. Pues sólo así tendrá sentido hablar de una participación ciudadana eficaz, que colabore y deje de solapar a quien detenta el poder.

            Reconocer al trabajo político es importante para mostrar que tiene sentido tener un gobierno como guía del progreso, pero también porque funciona como motivación personal y forja el verdadero liderazgo. Cultivar la rectitud en el pensamiento así como su consecución en la acción, es un paso que se ha obviado pensando en que sólo basta la eficiencia. Pues no sólo basta con tener conocimiento, sino también una brújula moral que permita la orientación heurística.

            Yo creo que no es difícil encontrar personas próvidas que reúnan las competencias básicas en el desempeño de sus funciones; sin embargo, requiere de un cambio radical en el marco conceptual de los individuos, de sus creencias más fundamentales, así como de conceptos básicos como bondad y maldad. Sólo así, alguien puede sentirse responsable de lo que dice y lo que hace, sentir el dolor de quienes más sufren, y tendrá el compromiso con la justicia social, como diría Platón, de hacer lo que a cada quien le corresponde.

            Hay muchos ejemplos que podríamos encontrar pues no acabaríamos por mencionarlos en estas líneas; al menos no quiero pasar por alto que en la pasada visita de nuestro presidente, el Lic. Enrique Peña Nieto, reconoció el trabajo que se está haciendo en la Secretaría de Protección Civil, así como felicitó personalmente a su titular, la Lic. Noemí Guzmán Lagunes, pues sin duda ha hecho un excelente trabajo y más cuando los servidores públicos están para ello.

            Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.

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