Pedro Peñaloza

La pesadilla permanente

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Pedro Peñaloza

 

“No hay nada nuevo bajo el sol,

pero cuantas cosas viejas hay que conocer”. 

Ambrose Gwinett Bierce

 

  1. La dictadura invisiblemente visible. Sí, se sabe que las minorías opulentas se pasean sin rubor, sin pena y hasta con cinismo. No, nadie debe alarmarse, al menos no tanto, el sistema está diseñado para ello. Se puede hablar y cuestionar de la injusticia que genera el Capitalismo, de eso existen muchos litros de tinta y toneladas de papel. El viejo Marx se quemó las pestañas para enseñarnos en detalle el funcionamiento de los circuitos de la explotación y la génesis de la plusvalía. Ahora, otros seguidores del barbón alemán, han incursionado en las praderas del nuevo capitalismo, novedoso no porque cese su sed de lucro, lejos de ello, sino por sus distintas formas de obtener exorbitantes ganancias.

El llamado Capitalismo financiero ha tomado por asalto, después de un dilatado proceso de expropiación y explotación, el tablero mundial y desde ahí dirige ritmos y tiempos de la economía globalizada. Las tesis de Hilferding y Lenin se encuentran en el basamento conceptual y metodológico de estas nuevas formas de extender la dominación y hegemonía de lo que pedagógicamente se conoce como el 1 por ciento. Ya Ernest Mandel y otros se han encargado de darle coherencia a la dinámica de un sistema que no vio Marx, pero que sí vislumbró en la trilogía, de su obra, El Capital.

  1. Los nacionalistas ¿ingenuos o ignorantes? Frente a las crisis múltiples por las que atraviesa América Latina, han surgido corrientes que han planteado enfrentarse a los dictados de las agencias internacionales y a sus orientaciones, varias de ellas de matriz caudillista (Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua), por supuesto, con sus notables diferencias. Cada una de ellas está viviendo crisis distintas, las cuales han traído consigo una notable erosión de sus modelos políticos y de sus iniciativas sociales. Sus contratiempos, por llamarle de alguna manera, han servido para expandirlos por los medios de comunicación dominantes como ejemplos del fracaso de opciones distintas a las impuestas por el sistema dominante. Evidentemente, algunos ayudan a esas campañas mediáticas, de manera destacada Nicolás Maduro, cuyas expresiones grotescas resultan un suculento alimento para marear a las clases medias empobrecidas.
  2. México en su encrucijada. Nuestra realidad está combinada por distintos factores que la hacen extremadamente compleja. Nuestra inevitable cercanía geográfica con EU y la dependencia estructural que nos ata a su ritmo hace que los márgenes de maniobra se reduzcan y se conviertan en un duro fórceps.

Si a lo anterior, agregamos las características de una clase política analfabeta y primaria el panorama no es nada alentador. Por ello, las cuarteaduras de la crisis no alcanzan a abrirse completamente, ante la carencia de opciones políticas viables y prometedoras. Por tal motivo, lo que se vislumbra, para las elecciones presidenciales de 2018, es un acuerdo de la partidocracia para mantener la estable inestabilidad, sin salirse de los márgenes dictados por las agencias mundiales dominantes y la glotonería de las burguesías autóctonas.

Epílogo. La accidentada agenda irresuelta que tiene México tiende a profundizarse. Las violencias organizadas y moleculares, la precarización salarial, el negro panorama para las juventudes formadas por las universidades públicas y la pesadilla de los muchachos ajenos a la educación media y superior dibujan un cuadro agudo y grave, que aunado a la enorme insensibilidad y torpeza de la clase política dominante, no ofrecen ninguna buena noticia para las mayorías oprimidas.

 

 

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