La rama
Ars Scribendi
Rafael Rojas Colorado
Teñida de gris amaneció una mañana de diciembre. El frío anunciaba el principio de la época decembrina. El aire silbaba por las calles del pueblo. Paladeando el clima, la gente transitaba en todas direcciones arropada con prendas invernales.
Llamaba la atención ver a diversos grupos de niños del ciclo escolar del jardín salir a las calles. Anticipadamente, de casa en casa paseaban la rama adornada con esferas, faroles y pascle. Marchaban por las banquetas con suma alegría, poco les importaba el frío, el calor de sus cuerpos equilibraba la temperatura corporal. A las educadoras y los escasos padres de familia se les notaban complacidos.
Con esta acción reafirmaban la bella tradición que sus maestras les inculcan. En un pequeño bote recibían las monedas, al tiempo que entonaban: “Naranjas y limas, limas y limones…”. La escenografía de los infantes manifestaba la inocencia de su gracia y ternura, pero sobre todo el implícito deseo por preservar las costumbres y tradiciones que proporcionan a la región cierta a identidad.
Esa mañana se percibió el trabajo cultural que el profesorado ejerce en la niñez. Un verdadero legado espiritual que recibe el infante y que lo va desarrollando en su transición hacia la adolescencia y más tarde en la edad madura.
Esa mañana se comenzó a respirar los primeros atisbos de las gratas emociones navideñas, y en ese peregrinaje de los niños se descubrían sentimientos que inexplicablemente sólo asoman en estas señaladas fechas, en las que el emblema de la ternura nos corteja develando las sensaciones que invisten a un verdadero ser humano.
La presencia de los pequeños peregrinos enmarcó una estampa de candor, ternura y fraternidad, en la que la gracia conmovió a quienes la presenciaron y a las personas que los recibían en su hogar u establecimiento, para retribuirlos con el modesto aguinaldo; aunque el verdadero sentido de estas invocaciones, a través de los cantos, poseen una esencia mucho más profunda, que sólo es capaz de expresar el idioma del alma.
Estas imágenes reales congratularon a los mayores y los persuadió a vivir con disposición estos festejos que anteceden la natividad. Los infantes guiados por sus profesoras por estos pasajes pre navideños seguramente ahondan en sus pechos estas emotivas huellas, y cuando la infancia se marche para siempre las avivará la evocación.
Felicitamos a las educadoras de los múltiples jardines por cultivar en el alma de los infantes nuestras tradiciones navideñas.